El vicepresidente
advirtió de que si las fuerzas de la coalición se
retiraran antes de que los iraquíes puedan defenderse por
sí mismos, las facciones extremistas batallarían por
tomar el control del país.
"Probablemente
la violencia se extendería a todo el país y sería
muy difícil contenerla. Tras haber probado el sabor de la
victoria en Irak, buscarían nuevas misiones. Muchos se dirigirían
a Afganistán para luchar junto a los talibanes", señaló.
Por
otra parte, indicó, habrá algunos que se dirigirán
a otras capitales del Oriente Medio para luchar contra sus gobiernos
moderados.
"Habrá
otros que encuentren los blancos (de sus ataques) y las víctimas
en otros países, en otros continentes. Ese caos y ese creciente
peligro no pueden ocurrir", dijo.
Cheney
habló ante el grupo conservador después de un viaje
por la región que incluyó escalas no anunciadas en
Afganistán y Pakistán.
En
su discurso, el vicepresidente también instó al Congreso,
controlado por la oposición demócrata, a aprobar la
nueva estrategia del presidente George W. Bush que incluye un aumento
de 21.500 tropas en Irak.
"Cualquiera
puede decir que apoya a las tropas y debemos cobrarle la palabra.
Pero la prueba se planteará cuando sea el momento de proporcionar
fondos y apoyo. Esperamos que la Cámara de Representantes
y el Senado atienda las necesidades de manera plena y oportuna",
manifestó. EFE
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