Los
agentes desconocen cuando se produjo el acto de vandalismo en el
camposanto, donde fueron derribadas unas 60 lápidas, de las
que más de la mitad resultaron destruidas al romperse en
múltiples fragmentos.
Las
autoridades locales destacaron que el cementerio judío data
del siglo XVIII y que muchas de las tumbas que han sufrido daños
irreparables tenían siglos de antigüedad.
La
destrucción de una parte del camposanto, situado en una colina
a las afueras de Diespeck, fue descubierta durante una ronda rutinaria
de control por un vigilante honorario, que inmediatamente alertó
a la policía.
En
el antiguo cementerio no se realizaban ya enterramientos desde los
años 30 del siglo pasado, coincidiendo con la llegada de
los nazis al poder.
Los
atacantes derribaron también varias lápidas en memoria
de soldados de origen judío caídos por Alemania en
la I Guerra Mundial y otros conflictos bélicos anteriores.
La
policía no descarta que, ante el hecho de que no se encontraran
pintadas de carácter político, los autores del ataque
hayan sido simples vándalos y no neonazis u otros extremistas
de derechas. EFE
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