Custodio expuso que la falta de una investigación adecuada
hace que los responsables de los asesinos de mujeres y de los reos
en las cárceles no sean castigados.
“Podemos hablar de una situación estable de impunidad
y que la mayor parte de crímenes violentos en contra de las
mujeres quedan sin castigo y eso en una sociedad como está
no debe suceder”, cuestionó.
Un estudio realizado en el 2006 por el Consejo Centroamericano de
Procuradores de los Derechos Humanos (CCPDH) establece que Guatemala,
El Salvador y Honduras son los tres países del área
donde mueren más mujeres en forma violenta.
Según el estudio, entre el 2003 y el 2005 en Guatemala murieron
1.398 mujeres en forma violenta, es decir unas 466 por año;
en El Salvador murieron, en cuatro años, 1.320 en las mismas
circunstancias, para un promedio de 330 por año, y en Honduras
del 2002 al 2005 unas 153 por año.
El Comisionado de los Derechos Humanos consideró que el ensañamiento
es manifiesto y que la forma como mueren las mujeres es una forma
que debe golpear la conciencia de cada ser humano.
“Mueren asfixiadas, decapitadas, descuartizadas, estranguladas,
quemadas, golpeadas, torturadas, violadas sexualmente, casi todas
víctimas de las armas de fuego y de las armas blancas”,
enfatizó.
Informes en poder del Comisionado indican que de las 138 mujeres
que murieron violentamente en Honduras, durante el 2004, nueve fueron
víctimas de su pareja, mientras que en el 2005, de las 171
mujeres que perdieron la vida en forma violenta 24 fue a manos de
su compañero de hogar.
Impunidad “arma letal” en los presidios
El defensor de los derechos humanos dijo también que la impunidad
“es el arma letal” del creciente número de muertes
violentas en el sistema penitenciario de Honduras, principalmente
en la Penitenciaría Nacional de Tegucigalpa.
Cuestionó el hecho de que en las cárceles “aparecen
armas de fuego, hay víctimas de ello y luego no aparecen
como prueba”, así como el que el Estado tenga una persona
privada de libertad, expuesta a todos los peligros. “Eso es
también arbitrario”, comentó.
Dijo que la saturación de los centros carcelarios “ha
traído más violencia al régimen de privados
de libertad, en forma tal, que nadie garantiza la vida de nadie
dentro de un centro penal hondureño”.
“Es enorme la cantidad de gente que ha muerto dentro los presidios
y no hay un tan sólo responsable de ésas muertes”,
criticó.
El defensor de los derechos humanos también denunció
que “la detención arbitraria se da en Honduras, no
sabemos quién la produce pero hay resultados por la cantidad
de personas ejecutadas extrajudicialmente, es grande y me preguntó
¿quién captura? la autoridad y yo me dejo llevar por
la autoridad pero las circunstancias actuales yo no sé si
quién me captura me va a llevar a la cárcel o me va
a matar, esa es la situación real”.
Policía corrupta
Asimismo estableció que en Honduras “tenemos una policía
altamente corrupta en donde hay tres sectores, los policías
que sirven a un cartel, los que sirven al otro cartel y los pocos
independientes, esa es la policía actual”.
“Nosotros vamos a seguir pugnando por una policía decente,
depurada, donde los directores sean nombrados de acuerdo con la
ley y que el Ministerio Público recupere su rol de control
de la escena del crimen como componente de justicia”, advirtió.
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