14 de marzo de 2007
Redacción Proceso Digital

 

  • Zelaya debe centrarse en gobernar y olvidarse de los espectáculos y pleitos como Licitación de combustibles y la intervención de la ENEE.
  • Debe existir una coordinación del Gabinete Económico, en lugar de la ineptitud.
  • Llegó el momento de tomar medidas difíciles y amargas en cuanto a las tarifas de servicios públicos como electricidad, telecomunicaciones y agua.

Tegucigalpa. El informe del Fondo Monetario Internacional en torno a la Consulta del Artículo IV, que revisa el comportamiento económico del 2006, desnudó claramente la situación del país y la forma como ha sido manejada la administración pública, siendo una especie de aviso de alarma o tormenta para el presente año y los venideros.


Aunque en los antecedentes del informe se destaca, y es algo que lo reconoció el directorio del FMI, que la economía registró un buen desempeño al tener un crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB) superior al 5%, se aclara que el alza fue "impulsada por un entorno externo favorable".

El "entorno externo favorable" se tradujo en un aumento del consumo privado a causa de las remesas familiares, que se han transformado en la columna vertebral de la economía hondureña, la actividad agropecuaria (especialmente la producción de café) tuvo un incremento notable, igualmente la construcción y el sector financiero.

Otro "éxito" adjudicado al gobierno se refiere al control de la inflación. El documento habla que los "directores (del FMI) se mostraron complacidos ante la reducción" a niveles históricos, pero aclararon que la misma fue resultado del "uso de medidas administrativas" para reducirla como la regulación de precios en ciertas industrias y los acuerdos informales de precios, por lo que urgieron desmantelar dichas acciones para evitar las "distorsiones económicas".

Sacrificio fiscal
En ese sentido, cabe destacar que el gobierno "congeló" el precio de los combustibles virtualmente todo el 2006, pero el costo fue un sacrificio del tesoro al pagar subsidios superiores a los 500 millones de lempiras para tener los precios artificialmente bajos o congelados, así como pospuso el aumento al precio del cemento y leche para el presente año.

Por ello el Fondo estima que las perspectivas de la inflación para el presente año están debilitadas, a lo que se suma "el debilitamiento de una política fiscal", aunado a una política monetaria expansiva.

Cae lucha contra la pobreza
Igual preocupación mostraron por el crecimiento de la masa salarial, el aumento de los créditos en el fondo de pensiones y lo que es más grave, tomando en cuenta las proclamas de la administración de Manuel Zelaya Rosales, que se redujo la inversión pública y los programas de lucha contra la pobreza al caer del 9 por ciento del PIB en 2005 al 6.5 por ciento del 2006.

"Mel" Zelaya y sus funcionarios han proclamado que han destinado fondos e incluso el ministro de la Presidencia, Yani Rosenthal, afirmó que la pobreza se había reducido en tres puntos porcentuales el 2006, pero el FMI virtualmente desmiente dicha afirmación.

Ajustes tarifas de servicios
Para evitar un descalabro en las finanzas públicas y comprometer los niveles de crecimiento que se espera este año y los próximos, el Fondo le pide directamente al gobierno que aumente las tarifas de electricidad y telefonía local, a fin de que la ENEE sea una empresa sostenible y que Hondutel recupere los niveles de rentabilidad que tenía antes.

Les preocupa a los miembros del FMI que el gobierno continúe absorbiendo las pérdidas de la ENEE, vía transferencias de hasta 2,000 millones de lempiras anuales, los cuales se podrían orientar a programas de combate a la pobreza, así como estimular el crecimiento de la economía.

Asimismo, piden que se controle la concesión de créditos de parte de los fondos de pensiones (Injupemp, INPREMA y otros) y le pidieron al Banco Central que suba las tasas de interés "con títulos negociables a tasas de interés de mercado" con lo cual recapitalizan la institución y con ello garantizan su "integridad financiera".

También se le pide a la Presidencia de la República un fuerte control del gasto público y con ello mantener una prudente política fiscal, especialmente tras los acuerdos gestados el año pasado con el magisterio que implicarán grandes erogaciones del presente año.

Ya los colegios magisteriales están solicitando más de 500 millones de lempiras sólo para cumplir con el bono por calidad educativa.

Una política fiscal no controlada puede provocar la pérdida de la base económica que forjó la administración de Ricardo Maduro, a grandes sacrificios de la población, desatar la inflación, incrementar las tasas de interés y hacer que el crecimiento económica se descarrille perdiendo miles de empleos existentes o impidiendo la generación de nuevas inversiones productivas.

Acciones

Tras el informe del FMI llegó el momento que el presidente Zelaya se siente a gerenciar a Honduras y se olvide que se encuentra en campaña electoral, tal como ha sido su primer año de gestión.

También es importante que inicie la coordinación de su Gabinete Económico (preocupación aparte fue la reacción al informe de parte de sus miembros Gabriela Núñez del Banco Central, Rebeca Santos de la Secretaría de Finanzas y Yani Rosenthal de la Secretaría de la Presidencia) que piensan y operan separadamente, sin coordinar sus políticas y acciones para enderezar el rumbo actual que es el despeñadero.

Las campañas mediáticas (más parecidas a actos circenses) deben desaparecer y dar paso a estudiadas, estructuradas y bien llevadas políticas cohesionadas en la conducción económica.

La ministra Santos debe dejar de comandar cuadrillas para cortar el servicio de energía eléctrica, mientras la presidenta del Banco Central debería alejarse de su proselitismo político y ambas, junto a Rosenthal, deberían sentarse a coordinar políticas que impulsen el empleo, la inversión y con ello permitir que Honduras se mantenga en la ruta del crecimiento productivo sano.

Para que observen que las cosas andan mal, sólo deben tener en cuenta que el 2006 las inversión extranjera cayó en relación al año pasado, tal como revelan las propias cifras del Banco Central, y hasta el momento no existe un ministro Asesor de Inversiones.