Los cuatro detenidos son presuntos miembros de un cártel
del narcotráfico que opera en la población de Jalpatagua,
en el departamento oriental de Jutiapa, fronterizo con El Salvador,
y según las autoridades serían los "autores intelectuales"
de los crímenes perpetrados el pasado 19 de febrero.
Mario
Lémus Escobar, de 32 años de edad, alias "Yegua
Arisca", y Obdulio Estuardo de León Lémus, de
30, fueron detenidos dentro de una residencia ubicada en un barrio
popular del norte de la capital guatemalteca; en tanto que la captura
de Carlos Amilcar Orellana, de 28 años de edad, alias el
"chajazo", y de Linda Castillo Orellana, de 30 años,
ocurrió en Jalpatagua.
La
mujer, dijo a periodistas el ministro guatemalteco del Interior,
Carlos Vielman, sería la propietaria del lujoso vehículo
con el que dieron seguimiento a los diputados salvadoreños
al Parlamento Centroamericano cuando ingresaron a Guatemala.
El
funcionario aseguró que los detenidos "son parte de
los autores intelectuales del crimen", ya que de acuerdo a
las investigaciones "fueron los que compraron el combustible
(con que quemaron a los salvadoreños) fueron ellos quienes
desarmaron el carro de los diputados cuando estaban buscando dinero
o droga".
La
supuesta vinculación del narcotráfico con este crimen
había sido denunciada desde hace varios días por las
autoridades guatemaltecas.
Cuatro
días después del crimen, los presidentes de Guatemala,
Oscar Berger, y de El Salvador, Elías Antonio Saca, dijeron
en México que creían que el narcotráfico estaba
detrás de los crímenes.
Berger
sostuvo que los cuatro policías guatemaltecos detenidos el
22 de febrero acusados de la matanza "esperaban un traslado
de droga o de dinero", pero que "equivocadamente o lastimosamente
procedieron en contra de los dignos diputados salvadoreños
y su chófer".
En
tanto que el director de la Policía Nacional Civil (PNC)
de Guatemala, Erwin Sperisen, dijo a la prensa el pasado 9 de marzo
que narcotraficantes guatemaltecos serían los autores intelectuales
de los asesinatos de los políticos.
Los
cuerpos calcinados de los legisladores Eduardo D'Aubuisson, José
Ramón González y William Pichinte, junto con Gerardo
Napoleón Ramírez, un policía que les servía
de chófer, fueron encontrados el pasado 19 de febrero en
una apartada región de la carretera que de la capital guatemalteca
conduce a El Salvador.
Los
cuatro policías guatemaltecos acusado de ser los autores
materiales de la matanza, fueron asesinados el 25 de febrero en
el interior de la cárcel de máxima seguridad de "El
Boquerón", donde fueron recluidos.
Un
quinto agente de la policía, Marvin Contreras Natareno, también
señalado de haber participado en el crimen, se entregó
de forma voluntaria el 28 de febrero, y el pasado viernes admitió
la participación de los policías asesinados en la
matanza de los diputados.
Otro
agente, identificado como Jeiner Barillas, quien sería el
supuesto enlace entre el grupo de narcotraficantes de Jalpatagua
y los policías asesinados, y que según Vielman "es
el jefe de los sicarios", se encuentra prófugo de la
justicia.
El
presidente salvadoreño ha negado la participación
de los diputados en el narcotráfico y ayer reiteró
en Guatemala que no existe ninguna investigación abierta
sobre ellos porque "eran gente honesta, trabajadora y que básicamente
fueron atacados por los policías guatemaltecos".
Saca
afirmó que los diputados fueron "secuestrados y llevados
inmediatamente a este lugar donde les quitaron la vida", y
recalcó que evidentemente estructuras de poder en Guatemala
tienen que ver con la muerte. EFE
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