Henry Arévalo
Si hubiera un estado de calamidad no dudaría en prestar terminales al Estado
   

26 de marzo de 2007

Tegucigalpa – El empresario Henry Arévalo dijo hoy que si el país enfrentara un estado de calamidad no dudaría en prestar las terminales de su empresa DIPPSA al Gobierno hondureño para almacenar los combustibles.

También expuso que para él, el único ganador del inconcluso proceso de licitación internacional para la compra de combustibles ha sido “un americano de ojos azules, pelo rubio que se llevó dos millones 750.000 dólares y unos abogados que han estado a la par ganando millones de lempiras”.

Aunque no lo mencionó por su nombre, Arévalo se refería al consultor internacional Robert Meyering, contratado por el Gobierno para coordinar el proceso de la licitación internacional.

El empresario hizo los comentarios tras abandonar el tribunal que conoce la causa judicial incoada por el gobierno de Honduras para que facilite las terminales de almacenamiento de combustibles que su empresa tiene instaladas en el Pacífico y Atlántico de Honduras.

No hay emergencia
En sus declaraciones a los periodistas, el empresario refirió que “cuando vino el (huracán) Match (en 1998) nosotros tuvimos que tener camiones cisternas y pasar mangueras por encima de los ríos porque no habían puentes para que no hubiera desabastecimiento de combustibles, y no se declaró emergencia”.

Estimó que en estos momentos no hay razones para declarar la emergencia pues “en todas las gasolineras hay combustibles, hay energía eléctrica porque hay combustibles, la agricultura y el comercio no se ha parado”.

Dijo desconocer “de donde se han inventado la palabra emergencia” y comentó que “si hubiera una calamidad, yo sería el primero en entregar las terminales y las gasolineras al Gobierno para beneficio del pueblo”.

También consideró ilógico que el Gobierno insista en tener a su disposición las terminales de DIPPSA, si el presidente, Manuel Zelaya, ha dicho en reiteradas ocasiones que “ya no va a haber ninguna rebaja aunque se firme una licitación”.

De ser así, “entonces que objeto tiene desprenderme de algo que me ha costado por 30 años manejar para que no haya licitación, eso no tiene sentido”, cuestionó.