Explicó
que “se trata de una alerta sobre esta persona que si está
tocando aspectos que llegan muy hondo al sentido profundamente religioso
del pueblo hondureño y que se trata, según lo ha confirmado
el Congreso de la República, de personas que no representan
valores apropiados y valores religiosos apropiados a la sociedad
hondureña”.
La determinación se tomó luego de que el Congreso
Nacional aprobó el jueves una moción del diputado
nacionalista Antonio Rivera Callejas de impedir el ingreso al país
del supuesto falso profeta que dirige a nivel mundial el Ministerio
Internacional Creciendo en Gracia, el que cree que Jesucristo Hombre
ya está en la tierra edificando y confirmando su iglesia.
Manifestación en Tegucigalpa
El pastor Edward Orellana Díaz anunció para hoy una
marcha por las calles de Tegucigalpa para dar a conocer “el
evangelio que ha estado oculto y por eso la gente lo desconoce”.
La
marcha coincidió con la alerta emitida hoy por la secretaría
de Gobernación y Justicia, pero, según Orellana Díaz
no tiene como propósito protestar por las decisiones del
Gobierno hondureño en contra de Miranda.
Declaró que la marcha se realizaba al mismo tiempo en más
de 30 países del mundo en los cuales tienen presencia.
“Es una marcha totalmente pacífica, nosotros somos
personas amigables”, sostuvo.
Previo al inicio de la marcha, algunos de los miembros de la secta
se tatuaban en su cuerpo la marca “666”, la que, según
sus explicaciones, significa “salvo siempre salvo”
“Salvo siempre salvo significa que la salvación no
se pierde, que lo que Cristo hizo en la cruz del calvario por su
pueblo, su iglesia, fue la salvación eterna (…), en
ningún momento ha estado en tela de juicio la salvación,
o sea si la salvación se pierde, Cristo simplemente derramó
una sangre rala, podrida, que no sirvió para nada”,
explicó Orellana Díaz, y que “su ministerio
lo que hace es valorar, darle valor al sacrificio de Cristo”.
El líder de la secta religiosa no descartó que su
iglesia proceda judicialmente contra el Estado de Honduras, por
su decisión de no dejar entrar a su territorio al autollamado
“Jesucristo hombre”, en contraposición a lo que
establece la Constitución de la República que garantiza
la libertad de culto en el país.
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