Latinoamérica, mezcla de procesiones, escenificaciones y de comidas típicas

Procesiones, escenificaciones de la Pasión de Cristo y otras manifestaciones religiosas, pero también suculentas comidas tradicionales, antes y después del ayuno, caracterizan la Semana Santa en América Latina, una región que sigue siendo mayoritariamente católica.

05 de abril de 2007

BOGOTA - Brasil, la nación con mayor número de católicos del mundo, celebra la Semana Santa con la expectativa de la primera visita del papa Benedicto XVI al país y a América Latina.

La escenificación de la crucifixión de Cristo será una de las características de la celebración del Viernes Santo en muchos lugares del mundo

En el santuario de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona de Brasil, donde el Papa inaugurará la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Celam) el próximo 13 de mayo, está programada una serie de misas especiales durante la Semana Santa para dar la bienvenida al Pontífice.

El colorido marca las procesiones de El Salvador, como la de “Los Encuentros”, que representa la búsqueda que hace María de su hijo Jesús en medio del Calvario.

Los salvadoreños alfombran las calles con flores, serrín, sal y otros materiales teñidos de vivos colores.

Parroquianos de la localidad indígena de Panchimalco, al sur de San Salvador, El Salvador, durante una procesión de Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa. (AFP)

En El Salvador la tradición también se vive de manera teatral. En Texistepeque, población del noroeste, el lunes de la Semana de Pasión unos hombres disfrazados con túnicas y máscaras rojas y armados de látigos azotan a los desafortunados curiosos que no tienen habilidad para esquivar sus golpes.

Sin embargo, algunos reciben los latigazos voluntariamente en busca del perdón de sus pecados.

Los victimarios reciben el nombre de talcigüines, que significa hombres endiablados en náhuat. Mientras dan latigazos a diestra y siniestra, un hombre disfrazado de Cristo los enfrenta con la mirada y los enmascarados se rinden ante él.

Parroquianos de la localidad indígena de Panchimalco, al sur de San Salvador, El Salvador, durante una procesión de Domingo de Ramos, inicio de la Semana Santa.
En Guatemala y Honduras también se hacen alfombras de serrín. En este último país, la gastronomía ofrece sopa de pescado seco y otros platos especiales. En Guatemala, personas vestidas con túnicas romanas y trajes hebreos cargan larguísimas andas con la imagen del crucificado.

En Puerto Rico, donde el 85 por ciento de su población, de alrededor de cuatro millones de personas, profesa la fe católica, se hacen más de 100 puestas en escena de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

En Cuba, después de la histórica visita de Juan Pablo II en 1998, fueron restablecidas las procesiones, que llevaban 40 años sin salir a la calle por orden gubernamental, y para este año están previstos los recorridos del Vía Crucis y el Santo Entierro.

Los mexicanos, que se declaran católicos en un 90%, podrán participar de la representación de la Pasión de Cristo en el sureño distrito de Iztapalapa, que tiene 164 años de historia y congrega a unos 2 millones de personas.

En Caracas, Venezuela, la tradición manda acudir el Miércoles Santo a la iglesia San Capilla para honrar la imagen del Nazareno. El jueves y viernes se hacen recorridos por siete templos para pagar promesas y agradecer los favores recibidos.

En Colombia, en la sureña Popayán, además de procesiones, se lleva a cabo un festival internacional de música religiosa, y en Santo Tomás, en el otro extremo del país, la Semana Santa se vive de un modo descarnado: decenas de hombres, con el rostro cubierto por una capirote y el torso desnudo, se flagelan la espalda para agradecer los favores recibidos.

Algunos llevan cumpliendo este ritual hace 25 años.

Durante la Semana Santa, muchos fieles católicos se imponen castigos físicos en homenaje a los sufrimientos de Jesucristo y como penitencia por sus pecados.

En Lima, Perú, algunos entremezclan costumbres católicas y paganas. Los fieles recorren siete iglesias rememorando el Vía Crucis en medio de los olores del sahumerio y de la comida tradicional que se ofrece en las calles. Además, miles de limeños subirán el cerro de San Cristóbal para ver la representación del calvario.
Durante la Semana Santa, muchos fieles católicos se imponen castigos físicos en homenaje a los sufrimientos de Jesucristo y como penitencia por sus pecados

Otra escenificación del Vía Crucis ocurre en el Paraguay. En Tañarandy se celebra una antigua procesión nocturna de tres kilómetros, iluminada con 15.000 antorchas y 4.000 candiles.

Esto ocurre el viernes, en medio del ayuno. Sin embargo, el Jueves Santos los paraguayos ya han comido bastante, pues celebran el familiar karu guasu (última cena, en guaraní), con un menú de carne asada y chipá, el popular pan de almidón de mandioca, maíz y queso.

En Bolivia, especialmente los jóvenes, caminan kilómetros hasta santuarios como los de Copacabana y Cotoca para demostrar su fe.

En el hemisferio norte, la Semana Santa coincide con la llegada o los primeros meses de la primavera y el cambio de estación es celebrado en los ingenios y los bateyes de República Dominicana por los descendientes de los esclavos africanos.

En Brasil, en la ciudad de Salvador, cuna de las religiones afrobrasileñas y la más africana del país, además de las celebraciones católicas propias de la fecha, se lleva a cabo un tradicional y pagano festival de música.

 
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