Bush
pronunció un discurso ante la Legión Estadounidense
en Fairfax (Virginia) en el que reiteró su posición
de que el Congreso debe aprobar una ley que conceda esos fondos,
más de 100.000 millones de dólares, sin imponer ningún
tipo de condiciones.
El
mandatario insistió en que la presencia estadounidense en
Irak debe continuar y prácticamente cada día ha declarado
que vetará cualquier proyecto de ley que condicione los fondos
a una retirada.
"Si
nos fuéramos a retirar de Irak, lo que es interesante y diferente
en esta guerra es que el enemigo nos seguiría aquí,
y por eso es importante que tengamos éxito en Irak",
aseguró hoy Bush.
Las
dos Cámaras del Congreso de Estados Unidos han aprobado sendos
proyectos de ley que vinculan la concesión de esos fondos
al comienzo de una retirada de los cerca de 150.000 soldados desplegados
en el país árabe.
La
versión de la Cámara de Representantes condiciona
la asignación de fondos a una retirada que debe quedar concluida
para septiembre del año próximo, mientras que la del
Senado incluye una cláusula, no vinculante, que prevé
el comienzo de la salida de las tropas en 120 días, para
quedar concluida el 31 de marzo de 2008.
"Tanto
en la Cámara como en el Senado, las mayorías han aprobado
leyes que imponen el juicio de los políticos en Washington
al juicio de nuestros comandantes sobre el terreno" e imponen
"un ultimátum arbitrario para la retirada", afirmó
Bush en su discurso.
Los
demócratas "saben que voy a vetar" estos proyectos
de ley, recordó el presidente, según el cual en los
próximos días las autoridades militares informarán
de que tienen que transferir 1.600 millones de dólares de
otras cuentas para cubrir el vacío dejado por la falta de
aprobación de los fondos para la guerra.
"Esas
acciones son sólo el comienzo, y mientras más retrase
las cosas el Congreso, peor será el impacto sobre los hombres
y las mujeres de las Fuerzas Armadas", advirtió.
Al
dibujar un tétrico panorama de las consecuencias que podría
acarrear la falta de fondos si no se aprueba una ley que los autorice
para mediados de mayo, Bush aseguró que "la falta de
aprobación en el Congreso de los fondos para nuestras tropas
significa que algunas de las familias de nuestros militares podrían
tener que esperar más para el regreso de sus seres queridos".
"Otros
podrían ver que los suyos tienen que volver a la guerra antes
de lo esperado. Esto es inaceptable", insistió.
Por
ello, invitó a los líderes del Congreso de ambos partidos
a una reunión sobre el asunto la próxima semana.
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En
esa cita, explicó el mandatario, "podemos tratar
el camino a seguir para una ley clara, que apruebe los fondos
para nuestras tropas sin calendarios artificiales para una
retirada y que no imponga condiciones a nuestros generales". |
La
Casa Blanca ha insistido en que esta reunión no será
"una negociación" y el presidente no cederá
en sus exigencias de que la ley para la asignación de fondos
no debe contener condición alguna.
Según
Bush, los demócratas y la Casa Blanca mantienen sus "diferencias
sobre el rumbo más conveniente a seguir en Irak" pero
esos desacuerdos "no deben impedir que nuestras tropas reciban
los fondos que necesitan".
"Estamos
en guerra. Es irresponsable que los líderes demócratas
en el Congreso retrasen durante meses las cosas mientras nuestras
tropas en terreno de combate esperan el dinero que les hace falta
para vencer", insistió.
Por
su parte, el líder demócrata en el Senado, Harry Reid,
aseguró que es necesario que Bush colabore con la mayoría
en un compromiso que obligue a Irak a tomar sus propias decisiones
sobre el futuro del país.
"Eso
es lo que reclama el Congreso, y el presidente debería llevarnos
en esa dirección, no amenazar con un veto a menos que nos
inclinemos ante sus propuestas erróneas", afirmó.
EFE
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