El grupo
rebelde, en un comunicado divulgado por internet, acusó del
atentado a las "mafias narcoparamilitares" y calificó
el hecho como "terrorismo de Estado".
El
atentado fue atribuido por distintas autoridades civiles y policiales
a las FARC, en represalia por los golpes infligidos a la alianza
de la guerrilla y el narcotráfico en el suroeste colombiano,
considerado un corredor estratégico porque enlaza el litoral
del Pacífico con la zona andina.
Sin
embargo, las FARC rechazaron el hecho terrorista y manifestaron
que "el bombazo en Cali fue realizado por las mafias narcoparamilitares
que no se quieren someter a la tutela de la mafia de la Casa de
Nariño" (sede presidencial).
Lo
anterior en alusión a reductos paramilitares que no aceptan
el proceso de paz del Ejecutivo con el grupo Autodefensas Unidas
de Colombia (AUC), que desarmó a más de 31.000 combatientes
entre el 2003 y el 2006.
El
jueves se realizó en las calles de Cali una manifestación
de protesta a la que concurrieron unas 200.000 personas y que no
tenía antecedentes en Colombia.
Según
las FARC, el Gobierno "y los medios burgueses, oportunistas"
quisieron presentar la protesta como "una marcha contra las
FARC" y "fue una manifestación contra el terrorismo".
El
presidente Álvaro Uribe visitó ayer Cali y anunció
que despachará varios días desde esa ciudad para impulsar
medidas de seguridad. EFE |