Cho
cursaba el último año de filología inglesa.
Una de sus profesoras recordó hoy a la prensa el tono perturbador
de algunos de sus ejercicios literarios, hasta el punto de que sus
instructores le aconsejaron recibir ayuda psicológica.
A parte de eso es poco lo que por
el momento se sabe del estudiante, que llegó a Estados Unidos
con su familia en 1992, cuando tenía ocho años.
El joven mantenía su nacionalidad
original y tenía la "tarjeta verde", un documento
que permite trabajar legalmente en Estados Unidos por un periodo
indefinido.
Su familia vive en Centreville,
un barrio acomodado del estado de Virginia a unas cuatro horas de
distancia de la Universidad Politécnica, en una de cuyas
residencias estudiantiles vivía el joven que protagonizó
la sangrienta matanza.
Los vecinos también lo describen
como un alma solitaria.
"Era muy callado, estaba siempre
solo", dijo Abdul Shash, un residente de Centreville, en declaraciones
publicadas hoy por el periódico The Roanoke Times.
Según Shash, a Cho le gustaba
jugar al baloncesto y no respondía cuando alguien lo saludaba.
Ese carácter poco social
se observa en la mayoría de asesinos en masa, explicó
a Efe Kenna Quinet, profesora de derecho penal en Indiana Purdue
University, Indianapolis.
Las estadísticas apuntan,
en ese sentido, que el 95 por ciento de los asesinos en masa son
hombres, tienden a ser individuos solitarios que se sienten alienados
y que, pese a su apariencia "normal", sienten un gran
resentimiento.
Quinet señaló que
generalmente son personas "que han experimentado algún
tipo de pérdida en una o más áreas, ya sea
un fracaso escolar, laboral o amoroso y no tienen capacidad para
hacer frente a las decepciones".
Tienden, además, a contarle
a alguien sus planes justo antes de cometer el acto, algo que no
se sabe si ocurrió en el caso de Cho.
Sin embargo, el periódico
Chicago Tribune mencionó en su edición de hoy que
se encontró una nota en su habitación, en la que clamaba
contra los "niños ricos", "la decadencia"
y los "embusteros charlatanes" en el campus.
El rotativo indicó que Cho
murió con la inscripción "Ismail Ax" en
tinta roja en uno de sus brazos, que -según el New York Post-
podría hacer alusión a algún pasaje bíblico
o del Corán.
Susan Lewis, una psiquiatra experta
en criminología del Hospital Tufts New England (Boston) también
explicó hoy a Efe que, pese a que se han identificado algunos
rasgos, "es muy difícil predecir la violencia".
Según la experta, el mejor
indicativo es que la persona haya participado en otro acto violento
en el pasado.
Lewis comentó que el joven
surcoreano pudo haber sufrido lo que ella describe como "una
herida narcisista devastadora", como resultado de una decepción
amorosa -una de las hipótesis que se baraja en este caso-
o alguna otra desilusión.
Las personas que padecen lo que
la psiquiatra caracterizó como "narcisismo patológico"
tienen sentimientos de humillación y vergüenza y sienten
un odio primitivo al percibir que su identidad ha sido violada.
Lewis reconoció, de todos
modos, que ese tipo de individuos sigue siendo, en gran medida,
un misterio: "Ojalá pudiéramos entender más
sobre el fenómeno", apuntó.
Fuentes policiales identificaron
hoy a Cho como el responsable del segundo tiroteo registrado el
lunes en la facultad de Ingeniería, donde murieron la mayoría
de las víctimas, aunque consideraron "razonable suponer"
que fue el autor de ambos incidentes.
El primer tiroteo, que costó
la vida a dos personas, tuvo lugar unas dos horas antes y ocurrió
en otra parte del extenso campus universitario que acoge a unos
26.000 estudiantes y algo más de 10.000 empleados.
Hasta ahora no ha responsabilizado
a Cho por el primero de los sucesos, porque la evidencia aún
no se los permite, aunque sí especificó que una de
las dos armas que portaba se utilizó en ambos incidentes.
EFE
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