"Vinimos
a este país porque en los nuestros experimentamos día
a día el hambre y la necesidad", dijo Claudia Ramírez
una de las madres.
Por
su parte, el representante del Centro de Recursos para Centroamericanos
de Washington (Carecen), Rafael Alfaro, explicó que el
temor que se ha generalizado en las familias inmigrantes del área
metropolitana es un gran obstáculo para su sano desarrollo.
"Esta
situación no permite que las personas se preocupen por
planificar su vida, por ahorrar o por construir un futuro",
señaló.
Agregó
que muchos inmigrantes envían a sus países de origen
la mayoría del dinero que ganan para asegurarse algún
beneficio ante la posibilidad de ser deportados.
Alfaro
indicó que la falta de planificación y de sentido
de pertenencia impide que las familias se integren adecuadamente
a la sociedad estadounidense y desarrollen entornos apropiados
para el sano crecimiento de sus hijos.
Frente
al Capitolio, en lo que fue un evento más simbólico
que multitudinario, se escucharon una vez más gritos de
¡sí se puede!.
Se
calcula que actualmente viven en Estados Unidos entre 12 y 20
millones de inmigrantes indocumentados, la gran mayoría
de ellos provenientes de México, Centro y Suramérica.
EFE