Tegucigalpa
– El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo
hoy que no apoyó el movimiento de protesta
de los taxistas por ser “irreflexivo e injusto”,
y que por esa razón no les llevó burritas, como
lo hizo hace dos años cuando ese gremio hizo una protesta
similar contra el gobierno del entonces presidente del país
Ricardo Maduro.
En una entrevista con el periodista de la televisión hondureña
Eduardo Maldonado, el mandatario expuso que dos años atrás
acompañó a los taxistas en las calles de Tegucigalpa
“porque había habido un zarpazo terrible en contra
de los precios de los combustibles, y era un zarpazo en contra
de la población, un hecho increíble, los taxistas
se fueron a las calles y todos los apoyamos”.
Dijo que en esta ocasión no lo hizo “porque este
año es una toma injusta, pero sí tienen por lo menos
mi solidaridad para las causas justas que ellos siempre han emprendido,
creo que en este momento están equivocados y nosotros no
podemos negociar con alguien que está tomando una acción
de fuerza”.
Es totalmente contrario a lo que sucede hoy, agregó, “no
es una lucha con apoyo popular porque nadie les ha incrementado
los costos a los combustibles, más bien les hemos rebajado
los precios, más bien estamos subsidiando los precios de
los combustibles, que por eso tenemos serios problemas y discusiones
con el Fondo Monetario”.
Sin embargo, en respuesta al sacrificio que está haciendo
el Gobierno para acompañar a los consumidores para que
no haya un aumento de tarifas, para que no se les incrementen
los costos de su vida los taxistas en una forma irreflexiva deciden
paralizar la capital, cuando es un Gobierno que ha dialogado permanentemente
con ellos”.
“Creo que ellos están actuando en una forma injusta,
en una forma inconsecuente con nosotros, lo cual no es conveniente
para la ciudadanía y no están contribuyendo al desarrollo
del país sino que están provocando una crisis ante
la cual nosotros tenemos obligatoriamente que acudir a los organismos
de seguridad para restablecer el orden y la paz, que es nuestro
deber y responsabilidad”.
Advirtió que al que violente la ley se le aplicará
la ley y que no cederá a ese tipo de presiones.
Anunció para el miércoles de la próxima semana
una reunión con los representantes de todos los sectores
del transporte, y aclaró que esta es una cita que ya estaba
programada con anterioridad.

“Yo soy amigo, soy hermano, soy solidario con la gente pero
tengo que mantener el orden bajo cualquier costo (…), todas
las tomas en Honduras, hay una orden que di al ministro de Seguridad
desde mi primer día de Gobierno, todas las tomas Usted
tiene que desalojarlas inmediatamente, empezar el diálogo
y desalojarlas, eso tiene una orden él desde el principio
del Gobierno”, apuntó.
El gobernante liberal, a quien dos años atrás se
le vio circular en una lujosa motocicleta apoyando a los taxistas,
estableció que los problemas de Honduras en este momento
no los ocasiona el Gobierno, que es un aliado de las causas justas.
Añadió que “los problemas de Honduras los
ocasionan los intereses particulares que quieren hacerlos prevalecer,
sean económicos o gremiales sobre los intereses de la colectividad
de Honduras”,
Los taxistas paralizaron desde tempranas horas de hoy la capital
hondureña para demandar el cumplimiento de su promesa de
campaña electoral del presidente Zelaya de reducir en al
menos seis lempiras los precios de los combustibles.
Unas tres horas después de haber iniciado la protesta,
as autoridades de seguridad iniciaron un desalojo
violento de los taxistas que bloquean
varias calles y avenidas de Tegucigalpa.
Cuando ya había iniciado el desalojo, el ministro de Seguridad,
Álvaro Romero, compareció en una cadena de radio
y televisión, en la que llamó a los taxistas a suspender
la protesta, ir a la mesa de diálogo, caso contrario, amenazó,
se haría uso de la fuerza para restablecer la normalidad.