El
llamado lo hizo en una cadena nacional de radio y televisión
el ministro de Seguridad, Álvaro Romero, quien pidió
a los dirigentes de los protestantes “priorizar la vía
del diálogo, al que el Gobierno siempre ha estado anuente”.
Advirtió que “si en un plazo prudencial esa disposición
no es acatada los efectivos de nuestra Policía Nacional
y el Ejército procederán a ejecutar el desalojo
pacífico de los protestantes”.
La advertencia se hizo después de que las autoridades desalojaron
de manera violenta a los manifestantes en diversos sectores de
la ciudad y después de que los dirigentes de la protesta
esperaron que los funcionarios del Gobierno les recibieran para
iniciar el anunciado diálogo.
Inmediatamente después de la comparecencia pública
de Romero, los policías iniciaron el desalojo violento
a inmediaciones de la Casa Presidencial , para lo que utilizaron
gases lacrimógenos y golpes.
Según datos de los taxistas, unos seis taxistas fueron
detenidos y otros 10 resultaron golpeados en los diferentes desalojos.
Entre los heridos se cuenta un periodista de un canal local de
la televisión, a quien intentaron obstruir su labor informativa.
La huelga la protagoniza la Asociación de Taxistas, informó
su presidente, Roberto Paguada, quien dijo que en la capital operan
unos 7.300 taxis, de los que no todos participan en la protesta,
sólo los del servicio colectivo hacia zonas residenciales.
Otro
dirigente, Pompilio Zerón, indicó a periodistas
que el presidente hondureño, Manuel Zelaya, ha enviado
varios emisarios para pedirles que cesen sus protestas, "pero
ninguno trae la orden de que él nos va a recibir para resolver
el problema".
Paradójicamente,
Zelaya hoy sufre lo que apoyó en 2005, pues como candidato
presidencial del Partido Liberal respaldó un paro similar
de taxistas contra una fuerte alza a los combustibles impuesta
por el Gobierno que presidía Ricardo Maduro, del Partido
Nacional.
El
domingo pasado el Gobierno aplicó un incremento de precios
a los combustibles, de entre dos y siete centavos de dólar,
que fijó la gasolina superior en unos 3,61 dólares,
mientras que la regular llegó a 3,41 y el diesel a 2,83
dólares.
Los
taxistas alegan que, además del alto coste de los combustibles,
se han disparado los precios de los repuestos para sus unidades,
la canasta básica y todos los productos y servicios.
Mientras
los taxistas colapsaban la ciudad, se agravaba el conflicto en
el sector salud por las demandas de que médicos hondureños
graduados en Cuba realicen un año de internado rotatorio
y otro de servicio social, como establecen las leyes hondureñas.
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