Según
datos extraoficiales, la operación policial dejó
como saldo seis detenidos, 10 golpeados y varias unidades de taxis
dañadas.
Las autoridades hicieron uso de gases lacrimógenos y toletes
para obligar a los taxistas a quitarse de los sectores en las
que se encontraban los protestantes.
Los primeros en ser desalojados fueron
los taxistas que bloqueaban la calle de ingreso a la capital del
sector de Valle de Ángeles. Unos 500 policías y
miembros del ejército participaron en esta operación,
según informes de periodistas de la emisora Radio Cadena
Voces.
También han sido desalojados de manera violenta los taxistas
que impedían la libre movilización en el sector
de El Carrizal (sector norte de la ciudad), y en el Anillo Periférico,
al sur.
Uno de los enfrentamientos más fuertes se registró
en las inmediaciones de la Casa Presidencial , donde los cuerpos
de seguridad procedieron a desalojar a los manifestantes minutos
después de que el ministro de Seguridad, Álvaro
Romero, llamó en una cadena de
radio y televisión a los dirigentes de la protesta
a deponer la misma e iniciar el diálogo.

Algunos protestantes que han resultado con golpes y heridas han
sido trasladados al Hospital Escuela de Tegucigalpa, en busca
de atención médica.
El
presidente Manuel Zelaya, que hace dos años apoyó
a los taxistas en una acción similar emprendida contra
la administración del entonces presidente Ricardo Maduro,
calificó la acción de hoy como
“injusta”.
En una entrevista a un canal de la televisión local, Zelaya
dijo que por esta razón este año no les llevó
“burritas” (dos tortillas de maíz con frijoles,
queso y huevo) como lo hizo en el pasado.
La actual presidenta del Partido Liberal, Patricia Rodas, y el
hoy en día regidor de la municipalidad de Tegucigalpa,
Enrique Ortéz Sequeira, que entonces -desde la llanura-
mostraron su solidaridad con los taxistas, hoy no se dejaron ver
ni tampoco brindaron declaraciones a la prensa.
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