El inquilino
de la Casa Blanca insistió en que es necesario hacer frente
a todos esos problemas al unísono o ninguno de ellos se verá
resuelto.
Se
calcula que hay alrededor de 12 millones de indocumentados en EE.UU.
y las distintas facciones políticas no se ponen de acuerdo
sobre qué hacer con ellos.
Bush
quiere establecer un programa de trabajo temporal para algunos de
ellos, así como crear una vía que permita alcanzar
la ciudadanía a muchos de los que ahora residen ilegalmente
en el país.
El
presidente de Estados Unidos calificó de irreal la propuesta
de algunos de los sectores más radicales de deportar en masa
a los que no tienen papeles.
La
reforma migratoria centró en algún momento la agenda
doméstica de Bush, pero la oposición de muchos conservadores,
que ven a los indocumentados como una amenaza para los trabajadores
estadounidenses, impidió que el proyecto despegase.
El
Senado aprobó en mayo pasado una propuesta que habría
ofrecido a los indocumentados una vía para alcanzar la ciudadanía,
pero el proyecto se hundió en la Cámara de Representantes,
que dio prioridad a las medidas para reforzar la seguridad fronteriza.
Bush
volvió a dar hoy un nuevo impulso al tema durante su alocución
radiofónica. La reforma migratoria centrará también
el discurso de la ceremonia de graduación que pronunciará
en la Universidad Miami Dade, en el estado de Florida.
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Dijo
estar convencido de que ambos bandos del espectro político
pueden mantener un debate "serio, educado y concluyente"
sobre la reforma migratoria, a lo que añadió
que EE.UU. merece un sistema migratorio que asegure las fronteras
y rinda al mismo tiempo honores a una nación de inmigrantes.
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"Existe
el deseo tanto por parte de los republicanos como de los demócratas
de solucionar este problema", señaló Bush, quien
indicó que "el trabajar juntos nos permitirá
una reforma migratoria integral este año".
La
idea de establecer un mecanismo para que los ilegales alcancen la
ciudadanía todavía está sobre la mesa, aunque
la propuesta que se baraja dificultaría ese objetivo al establecer
multas, viajes al país de origen y largas esperas.
La
mayoría de las encuestas muestran que los estadounidenses
están a favor de una reforma migratoria que permita a los
indocumentados trabajar en EE.UU. y adquirir estatus legal. EFE
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