Tegucigalpa – La militarización
de la capital hondureña y las acciones de fuerza ordenadas
por la administración del presidente Manuel Zelaya contra
el gremio de los taxistas no atemorizarán a los trabajadores
que se preparan para conmemorar mañana el “Día
internacional del trabajo”, dijeron hoy dirigentes.
Asimismo consideraron que el presidente Zelaya ha recurrido a
manifestaciones de fuerza contra los sectores populares porque
no tiene capacidad para cumplir con sus promesas de campaña
electoral.
Las movilizaciones se celebrarán en diferentes regiones
del país, en las que los trabajadores gritaran su descontento
con la administración liberal y reclamarán, por
enésima vez, el cumplimiento de las ofertas políticas
que hizo en su campaña electoral el actual Gobernante.
Los dirigentes obreros señalaron que las manifestaciones
de mañana se celebrarán como están programadas
a pesar de la militarización
de la capital hondureña, ordenada por el presidente
Zelaya para prevenir, según las justificaciones oficiales,
posibles manifestaciones del gremio de los taxistas, que demandan
una rebaja en los precios de los carburantes.

“Las tanquetas no pararan las movilizaciones, aun con las
tanquetas en las calles vamos a salir a exigir nuestras demandas”,
declaró a Proceso Digital Juan Barahona, presidente de
la Federación Unitaria de Trabajadores de Honduras (FUTH)
y coordinador del Bloque Popular, una coalición de patronatos,
organizaciones sindicales y gremios profesionales, entre otros.
El dirigente dijo que la militarización de Tegucigalpa
y la acción de fuerza
de las autoridades en contra de los taxistas que el viernes anterior
bloquearon calles y avenidas de la capital, le hizo recordar la
década de los años 80 del siglo pasado cuando el
gobierno del también liberal Roberto Suazo Córdova
y el entonces jefe de las Fuerzas Armadas Gustavo Álvarez
Martínez “sacaban las tanquetas a las calles para
reprimir al pueblo y a los organismos defensores de los derechos
humanos”.
“Es un retroceso, se está retrocediendo a los año
1982, 1984, 1985 que fueron años muy duros para la clase
trabajadora”, señaló.
El Estado hondureño ha reconocido que en esa época
desaparecieron al menos 184 hondureños y extranjeros por
motivos políticos.
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Barahona
también cuestionó al Gobierno por ordenar
el viernes una cadena nacional
de radio y televisión para repetir por casi una
hora un mensaje del ministro de Seguridad, Álvaro
Romero, en el que pedía a los taxistas deponer las
protestas “en un tiempo prudencial”, potenciar
el diálogo. |
El dirigente sindical dijo que ese “es un abuso al pueblo”
y que la cadena se dio “para esconder la gran represión
que se le dio a los taxistas, eso es injusto, a eso solo se puede
llamar represión y garrote de un gobierno que dice ser
del poder ciudadano”.
En su opinión, se sometió al pueblo a estar escuchando
las mismas cosas del Gobierno para evitar que los medios de comunicación
transmitieran las noticias y la realidad de los hechos.
Barahona también dijo que el Gobierno de Zelaya no se diferencia
en nada con las administraciones del Partido Nacional.
“No hay diferencia de este Gobierno con los anteriores,
es un gobierno neoliberal que está sometido a los dictámenes
de organismos internacionales, a lo que dice la embajada de Estados
Unidos, es igual a los anteriores”, recalcó.
Promesas incumplidas
El secretario general adjunto de la Central General de Trabajadores
(CGT) compartió, por su parte, algunos de los criterios
de Barahona en cuanto a la administración Zelaya.
Es un Gobierno, dijo, en el “que Todavía se ven demasiadas
promesas y pocos cumplimientos”, una administración
en la que se “manejan algunas cifras que no nos convencen”.
“La
corrupción sigue campante, hay un alto grado de inseguridad
y de desempleo”, comentó.
“Me
parece que los problemas de hoy se profundizan mas, la situación
del país en vez de superarse mas bien pareciera que
va hundiéndose el país”, añadió. |
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Consideró, al igual que Barahona, que los “Gobiernos
liberales y nacionalistas solo se diferencian por el color; las
mismas promesas, las mismas mentiras, la misma mica en diferentes
ramas, han seguido los mismos modelos del Neoliberalismo”,
declaró.
“Aquí la diferencia son los colores, lo que fue bueno
para unos es malo para otros, la situación de los pobres
y los trabajadores sigue peor”, apuntó
Caballero también criticó la militarización
de la ciudad capital bajo el pretexto de evitar posibles acciones
de protesta del gremio de los taxistas.
Calificó la acción de contradictoria, ya que dos
años atrás Zelaya apoyó una acción
similar de los taxistas en contra de la administración
del entonces presidente del país Ricardo Maduro.
Con esa acción el mensaje que nos dan “es que cuando
están en la oposición están con el pueblo,
pero cuando están en el poder están en contra”.
No a la privatización
La marcha del Primero de Mayo iniciará en las inmediaciones
de la Casa Barahona en el barrio La Granja de Tegucigalpa y concluirá
en La Plaza Francisco Morazán, en el centro de la ciudad.
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En
la marcha se reiterará la oposición de las
organizaciones obreras a la privatización de los
servicios públicos, se exigirá al Congreso
Nacional la aprobación de la Ley Forestal y la Ley
de Telecomunicaciones, y demandarán más empleo
y una lucha frontal contra la pobreza. |
En
otras regiones del país se unirán a la protesta
patronatos y pobladores para demandar atención a los principales
problemas sociales de sus comunidades.
En San Pedro Sula, la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH)
reclamará reformas al Título V del Código
del Trabajo, que propone cambios en relación a los nuevos
riesgos laborales que enfrentan los y las trabajadores hondureñas
en el desarrollo diario de su trabajo.