Benedicto
XVI afirmó a la presa en el avión que le lleva a
Brasil que "el avance de las sectas significa que existe
una sed de Dios" y que la misión de la Iglesia y de
los católicos es "ofrecer su testimonio para todos
juntos encontrar el camino que ofrezca unas condiciones de vida
más justas a estas personas"
El
Papa deseó que en la cumbre de la Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM), que él
va a inaugurar, puedan "salir las directrices para ofrecer
este camino a estas personas "que tienen sed de Dios y de
religión".
Respecto
a la Teología de la Liberación, a la que Benedicto
XVI siempre se ha opuesto desde cuando era prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe, dijo que "el cambio de la situación
política en América Latina ha propiciado también
el cambio sustancial de la doctrina que predica la Teología
de la Liberación".
Asimismo,
añadió que "el magisterio de la Iglesia no
ha pretendido destruir el sentido de justicia social sino reconducirlo
por el camino justo".
Para
el Papa, "la doctrina social de la Iglesia marca las guías
para crear las condiciones humanas dignas y de justicia social".
Por
otra parte, Joseph Ratzinger afirmó que está "convencido",
que en Brasil, que cuenta con 155 millones de católicos,
"se decide, en parte, el futuro de la Iglesia Católica".
Y
añadió, que ha estudiado con atención la
historia de este país y como ha ido evolucionando la fe
católica, "que fue perseguida a finales del siglo
XIX por fuerzas neoliberales" y manifestó también
su interés por "las culturas indígenas".
Al
responder sobre algunos de los problemas que atenazan a América
Latina, el Papa contestó que "el problema de la droga
nace por la falta de esperanza en el futuro", y que ante
la violencia, "los católicos pueden ayudar a erradicarla".
El
Papa se mostró muy feliz porque ha llegado el momento de
visitar el continente católico y expresó su deseo
de que se convierta "en un continente ejemplar donde se resuelvan
los grandes problemas de la humanidad".
Ante
el proceso de beatificación del asesinado Arzobispo de
San Salvador, monseñor Oscar Arnulfo Romero, el Papa dijo
no tener dudas sobre "su santidad", pero que habrá
que escuchar lo que decida la Congregación de la Causa
de los Santos.
Para
el Papa, la causa de que el proceso de beatificación de
Romero haya tenido algunas frenadas "es que una parte del
mundo político ha intentado usarle como bandera y eso ha
sido injusto"
"El
arzobispo Romero fue un gran testimonio de la fe cristiana un
hombre de paz y que estaba contra la dictadura", dijo el
Papa, que añadió que el postulador de la causa,
Vicenzo Paglia, ha escrito una biografía sobre el arzobispo
de San Salvador "que esclarece muchos puntos y demuestra
que estuvo comprometido con la paz y contra la dictadura".
Por
otra parte, ante la pregunta sobre si se siente apoyado por Alemania,
Benedicto XVI explicó que "se siente apoyado por todos"
y que quiere a su tierra aunque ahora "es un ciudadano del
mundo". EFE