Sarkozy asume Presidencia de Francia con promesa de cambio

 

16 de mayo de 2007

París - El conservador Nicolas Sarkozy sucedió hoy a Jacques Chirac en el Elíseo, con una promesa proclamada de unión y apertura, de "romper" con el pasado, cumplir "la palabra dada" y obtener "resultados".

Diez días después de ganar las elecciones, Sarkozy, de 52 años, asumió el cargo en una solemne ceremonia de traspaso de poderes con su ex mentor Chirac, que duró en torno a una hora.


El desde hoy vigésimo tercer presidente de Francia y sexto de la V República se unió a los aplausos del personal del Elíseo para despedir a Chirac, que pasó página a sus doce años en la Presidencia y más de cuatro décadas en la política.

Antes, Chirac, de 74 años, había dado la bienvenida al pie de la escalinata del Palacio a su sucesor, que recorrió la larga alfombra roja del patio de honor ante la Guardia Republicana.

Los dos se reunieron posteriormente para que, como es tradicional, el presidente saliente entregue al entrante los códigos de activación del arsenal nuclear de Francia.

Después de un largo apretón de manos con Chirac, con el que intercambió unas palabras en el patio, y de aplaudirle, en un gesto inusitado, antes de que éste subiera al coche que le devolvió a la vida privada, Sarkozy fue proclamado oficialmente presidente de Francia y recibió el Collar de gran maestro de la Legión de Honor.

Luego pronunció su discurso de investidura ante altos cargos, miembros del cuerpo diplomático y su familia, su esposa en segundas nupcias, Cecilia, a la que dio un beso, el hijo de ambos, Louis, de 10 años, y los dos hijos y dos hijas que tuvieron respectivamente en sus primeros matrimonios.

La alocución chocó con la cordialidad de su despedida a Chirac, ya que fue, indirectamente, una acérrima crítica de la política de éste y del estado en que ha dejado a Francia.

Sarkozy, que durante la campaña electoral preconizó la "ruptura", desgranó hoy doce exigencias, después de afirmar que piensa "con gravedad" en el mandato que le ha dado el pueblo francés y a la "exigencia tan fuerte que no tengo el derecho de decepcionar".

Una exigencia de "unir a los franceses", de "respetar la palabra dada y cumplir los compromisos porque la confianza nunca ha estado tan quebrantada y frágil", y una exigencia "moral porque nunca la crisis de los valores ha sido tan profunda", afirmó Sarkozy.

También la exigencia de "rehabilitar los valores del trabajo, esfuerzo, mérito, respeto", una exigencia de "tolerancia y apertura, porque nunca la intolerancia y el sectarismo han sido tan destructores", y "una exigencia de cambio, porque nunca el inmovilismo ha sido tan peligroso para Francia" en este mundo en plena mutación, donde "todo retraso puede ser fatal".

A renglón seguido, Sarkozy citó la doble exigencia de "seguridad y protección, porque nunca ha sido tan necesario combatir el miedo del futuro", y de "orden y autoridad, porque hemos cedido demasiado al desorden y la violencia".

Existe también, según él, la "exigencia de resultados, porque los franceses están hartos de que nada mejore en su vida cotidiana", la de justicia, dado el sentimiento "tan fuerte de injusticia", de sacrificios "no repartidos equitativamente", de derechos "no iguales para todos".

Finalmente se refirió a una "exigencia de romper con los comportamientos del pasado (...) y el conformismo intelectual, porque los problemas a resolver nunca han sido tan inéditos".

Tras ese inventario de sus predecesores -a los que rindió tributo, uno tras otro, Chirac incluido, al comienzo de su alocución-, Sarkozy prometió cumplir "escrupulosamente" el mandato que le ha dado el "pueblo" para los próximos cinco años.

También prometió velar por "el respeto de la autoridad del Estado y su imparcialidad", construir una "República fundada en derechos reales y una democracia irreprochable", y defender "la independencia e identidad de Francia".

En una breve alusión a la política exterior, dominio reservado del jefe de Estado, Sarkozy dijo que luchará por "una Europa que protege, porque es el sentido del ideal europeo".

Esta misma tarde viajará a Berlín para tratar con la canciller alemana y presidenta de turno de la UE, Angela Merkel, sobre el relanzamiento de la construcción europea, paralizada desde el "no" francés y holandés a la Constitución en sendos referendos en 2005.

Sarkozy también luchará por la creación de una Unión Mediterránea y por el desarrollo de África, y fijó la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el cambio climático como las prioridades de la acción diplomática de Francia en el mundo.

El nuevo presidente tendió la mano a "todos" los que quieren servir al país, a tono con su voluntad de incluir a centristas y socialistas en el Gobierno que confiará mañana a François Fillon.

Después de almorzar en familia en el Elíseo, Sarkozy subió los Campos Elíseos de pie en un descapotable hasta el Arco de Triunfo para la tradicional ceremonia ante la tumba del Soldado Desconocido y luego ante las estatuas de Charles de Gaulle y Georges Clémenceau, antes de acudir al Bosque de Boulogne para un inédito tributo a 35 jóvenes resistentes fusilados por los nazis en 1944. EFE

 
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