En
una rueda de prensa convocada esta mañana y celebrada en
la Rosaleda de la Casa Blanca, Bush se refirió a la reforma
migratoria, al programa nuclear iraní, a las relaciones
con China y al escándalo sobre el despido de hasta nueve
fiscales generales estadounidenses.
"Esperamos
fuertes enfrentamientos en las próximas semanas o meses,
y bajas tanto estadounidenses como iraquíes", apuntó
el gobernante, quien comenzó su conferencia de prensa con
un pequeño discurso.
"Permaneceremos
en la ofensiva", señaló y repitió la
frase de que es "mejor luchar contra ellos (Al Qaeda) allí,
que hacerlo aquí".
Sobre
las razones de por qué se va a producir un aumento de los
enfrentamientos, explicó que las tropas se adentrarán
a partir de ahora en nueva zonas.
También
señaló que hasta mediados de junio no se terminarán
de desplegar e instalar las nuevas fuerzas estadounidenses en
el país árabe.
Buena
parte de su intervención sobre el conflicto en la nación
árabe estuvo centrada en el nuevo Plan de Seguridad para
Irak aprobado a comienzos de año.
En
este sentido, Bush contestó a aquellos críticos
que alegan que este nuevo plan no ha ayudado a frenar la violencia
en el país árabe.
El
mandatario dijo que el jefe de las tropas de EE.UU. en Irak, el
general David Petraeus, le informará sobre los primeros
resultados de la nueva estrategia en Irak a finales del verano,
en el mes de septiembre.
"Me
gustaría que estuviéramos en una configuración
distinta en algún momento en Irak", admitió
el jefe de la Casa Blanca, quien agregó que de todas formas
no habrá progresos hasta que "no se tome control de
la seguridad en la capital", Bagdad.
Destacó
que la actual estrategia en Irak incluye muchas de las recomendaciones
del informe que recibió a finales de año del Grupo
de Estudio sobre Irak, dirigido por el ex secretario de Estado
de EE.UU. James Baker y el ex congresista Lee Hamilton.
"La
nueva estrategia está diseñada para ayudar a los
líderes iraquíes a proporcionar seguridad a su gente
y ganar control de la capital para que puedan avanzar en la reconciliación
y la reconstrucción", manifestó.
Bush
apuntó, a su vez, que el plan está diseñado
para "aprovechar nuevas oportunidades para asociarse con
tribus locales y perseguir a Al Qaeda en lugares como Anbar, la
base de Al Qaeda en Irak".
Los
iraquíes están saliendo de "años de
dictadura" y, por tanto, la situación allí
no puede ser fácil, aseveró.
El
presidente insistió en que Estados Unidos está en
Irak por "invitación" de Bagdad y aseguró
que si esa nación no quisiera que EE.UU. estuviera allí,
se irían, "pero los resultados serían catastróficos".
La
victoria en Irak llegará cuando "el país esté
estable", afirmó tras reiterar que los informes de
inteligencia que maneja Washington son claros y que la amenaza
persiste.
Respecto
a los dos soldados que permanecen desaparecidos en Irak, Bush
indicó que no se escatimarán esfuerzos para encontrarlos
y se mostró seguro de que el Ejército estadounidense
hará "todo lo posible" por buscar a ambos.
En
relación a Irán, el jefe de Estado pidió
un endurecimiento de las sanciones contra esa nación y
afirmó que hablará con los líderes de Rusia
y China para lograr aislar al régimen de Teherán.
"Tenemos
que fortalecer el régimen de sanciones", dijo Bush,
después de que un informe de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) determinara que el gobierno de Irán
ha acelerado su programa nuclear.
Señaló
que discutirá el asunto con sus homólogos de Rusia,
Vladimir Putin, y de China, Hu Jintao, para que entiendan "que
un Irán con una arma nuclear sería increíblemente
desestabilizador en el mundo".
"Les
interesa que colaboremos para seguir aislando al régimen"
iraní, añadió el jefe de la Casa Blanca,
quien resaltó en su rueda de prensa número 35 que
Estados Unidos trabajará con Europa para "establecer
nuevas sanciones" contra Teherán. EFE