Juppé,
"número dos" del Gobierno, dejó además
en el aire su futuro como alcalde de Burdeos al declarar que reunirá
en los próximos días al Consistorio municipal para
ver lo que conviene hacer.
Fillon fue quien fijó la norma de que los
candidatos a diputados de su gabinete que no consiguiesen ser
elegidos deberían abandonar el Gobierno, el cual se constituyó
el pasado 18 de mayo.
Siete de los once miembros del Ejecutivo que concurrían
a estos comicios fueron elegidos o reelegidos el pasado domingo,
en la primera ronda, incluido Fillon.
Quedaban pendientes de esta segunda vuelta, además
de Juppé, las ministras de Interior, Michèle Alliot-Marie;
de Sanidad, Roselyne Bachelot; y de Vivienda, Christine Boutin.
Alliot-Marie ha sido reelegida, según datos
oficiales, mientras que se daba por seguro que también
iban a superar esta segunda ronda Bachelot y Boutin.
Cuando mañana presente su dimisión,
Juppé habrá estado exactamente un mes en el primer
Gobierno de Sarkozy, quien fue elegido presidente el pasado 6
de mayo y asumió las funciones de jefe de Estado diez días
después.
La decisión de Sarkozy de nombrar a Juppé
como "ministro de Estado" y, por tanto, "número
dos" del Ejecutivo, al frente del nuevo Ministerio de Ecología,
Desarrollo y Ordenación del Territorio Sostenible, supuso
su renacer en la primera línea del poder.
Juppé se sacudía así la sombra
de su mentor, el ex presidente Jacques Chirac, de quien fue su
primer ministro de 1995 a 1997.
Al aceptar ser uno de los pilares del primer Ejecutivo
de Sarkozy, Juppé se liberaba de su etiqueta de fiel "chiraquiano".
Desde 1976, cuando fue fichado por Chirac que
estaba de primer ministro (1974-1976) con Giscard d'Estaing en
el Elíseo, toda la trayectoria política de Juppé
había reposado sobre esa cercanía con el predecesor
de Sarkozy.
De Canadá, donde se exilió durante
su inhabilitación judicial para ocupar cargos públicos
(entre 2004 y 2005), Juppé se trajo su preocupación
por el medioambiente y el desarrollo sostenible.
Es alcalde de Burdeos, donde sustituyó
a Jacques Delmas, desde 1995, salvo un paréntesis de diciembre
de 2004 a octubre de 2006.
Ese paréntesis en su carrera política
se debió a una condena por un caso de financiación
ilegal del RPR, fundado por Chirac en 1975.
La condena de una dureza ejemplar (14 meses de
prisión sin cumplimiento y un año de inhabilitación)
contra un hombre del que todos reconocen su capacidad intelectual
y su honestidad tuvo, en contrapartida, el mérito de que
sus compatriotas vieran, por primera vez, a un Juppé al
borde de las lágrimas y humano que dejaba caer su coraza
de persona fría y distante. EFE