23 de junio de 2007
Redacción Proceso Digital

  • Martínez afirma que el presidente Zelaya no tiene el apoyo ni de su propio partido para enfrentar la violencia por la forma que dirige el gobierno

Tegucigalpa - La inseguridad y la violencia que impera en Honduras ha desbordado la capacidad de respuesta del Estado y del mismo gobierno, por lo que el presidente Manuel Zelaya debe convocar a las fuerzas económicas, políticas y sociales de la nación para hacer un frente común a este flagelo.

Así lo expresó el analista político y ex candidato presidencial demócrata cristiano, Juan Ramón Martínez, al comentar los últimos hechos violentos registrados en los centros penales y particularmente el asesinato a sangre fría del edecán presidencial, Alejandro Motiño Zavala.

En una amplia entrevista concedida a este medio, Martínez dijo que hasta ahora el gobierno ha tenido muy poca imaginación para enfrentar la ola de violencia que abate a los hondureños y aseguró que el presidente se ha quedado solo en este problema, al punto que ni su propio partido lo apoya.

¿Cómo analiza los últimos hechos violentos acontecidos en el país, especialmente el asesinato de un edecán presidencial?

Este hecho (el asesinato del edecán Alejandro Motiño) es un hecho que forma parte de una escalada de la violencia en la que hemos estado viviendo, hace algunos años solo en alguna zonas del departamento de Olancho se conocía la llamada muerte del monte, en la que desconocidos le disparaban a sus blancos en la comisión de una misión, de un delito encargado por sus parientes, por ellos mismos o por particulares.

Juan Ramón Martínez

Desde hace algún tiempo hemos visto operando un sistema de sicariato, hemos observado como aquí mismo en la ciudad y en diferentes lugares del país se le ha disparado a personas dentro de sus vehículos con una precisión especial que indica que hay profesionales dedicados a la comisión de estos delitos.

Hace poco se produjeron delitos parecidos en el interior de la Penitenciaría Nacional y algunas personas señalaron que eso era justicia, algunas incluso celebraron que delincuentes estuviesen matando a delincuentes, es decir, que por un lado hemos visto este crecimiento de la delincuencia y por otro lado pareciera como que lo justificáramos, por lo que hemos terminado de debilitar al Estado.

¿Cree que ese tipo de actitudes o la “Ley del Talión” deben imperar en un estado de derecho?

Yo creo que tenemos que rechazar este tipo de delitos, especialmente cuando estos delitos se están acercando al entorno presidencial. La institución presidencial es una institución que estamos obligados a proteger y respetarla y, en este sentido, las personas que participan con el presidente y alrededor suyo se merecen todo nuestro respeto.

El gobierno asegura que el asesinato del edecán presidencial es un crimen político ¿al respecto cómo analiza usted el comunicado presidencial?

Hay que entender el tono del comunicado, quienes elaboraron el comunicado estaban bajo el efecto del impacto de un acontecimiento inusual que ha estremecido al poder presidencial de Honduras, por esa razón en ese pronunciamiento se dicen cosas que la investigación debe comprobar.

El presidente Zelaya y otros funcionarios asistieron al funeral del capitán Alejandro Motiño

En el caso que aquí estemos a un nuevo paso en esta escalada de la delincuencia, que pasamos del sicariato por razones personales, al crimen político, yo creo que es tiempo de hacerle un alto a esta situación, sentarnos a dialogar todas las fuerzas económicas, políticas y sociales y en vez de propiciar la confrontación de uno en contra de los otros, debemos ponernos de acuerdo, buscar algunas correcciones y producir algunos golpes de timón. Muchas cosas que se están haciendo desde el gobierno no son correctas, muchas cosas que se están haciendo desde la empresa privada tampoco son correctas, y yo creo que hay que agregar que otras cosas que se hacen desde los medios de comunicación tampoco son correctas, porque en algunos momentos celebramos el delito y celebramos a los delincuentes, este tipo de conductas tiene que modificarse porque la ingobernabilidad del país y comprometer la seguridad presidencial es una amenaza que afecta la estabilidad de Honduras.

¿Esta situación de violencia que impera en los centros penales y en las ciudades del país ha desbordado la capacidad del Estado?

Yo creo que si, no solo ha desbordado la capacidad en términos materiales del Estado, sino que también ha desbordado la capacidad de reacción del gobierno y de la sociedad. El gobierno pareciera que carece en este momento de la imaginación suficiente para enfrentarse a este tipo de delincuencia y la sociedad ha ido peligrosamente acostumbrándose a este tipo de delitos, al extremo que hemos terminado por banalizar el delito por considerarlo como si éste fuese una cosa natural, por lo que aquí cuando se trata de un delito de una persona estimable, como acaba ocurrir con el edecán presidencial, hay una reacción general favorable de rechazo, pero ese mismo rechazo deberíamos de manifestarlo a todas las manifestaciones del delito, se trate de quien se trate, pero en los últimos acontecimientos de la Penitenciaría Nacional hubo gente que celebró la muerte y la incineración de los jóvenes responsables del asesinato de dos niños en Guaimaca.

¿Es correcto que el mismo presidente haya justificado los asesinatos de esos reos?


El mismo presidente dio la impresión como que fuera un acto de justicia, no podemos celebrar la violencia, nadie debe celebrar la violencia, porque celebrar la violencia significa que ésta toma alas, se desborda y al final va terminar por destruir la sociedad, porque en la medida que nos sintamos inseguros en nuestras vidas, en nuestras actividades aquí nos vamos encerrar y vamos a vivir en un clima de verdadera guerra civil, en la que el proceso económico se va a paralizar, la pobreza va aumentar y en consecuencia la infelicidad va a estar presente en los hogares de todos los hondureños.

¿Qué debemos hacer?

Yo he dicho que debemos hacer un alto, debemos darle un golpe de timón a la conducción del gobierno actual, el presidente Zelaya debe reflexionar, quienes lo acompañan tienen que reflexionar y el resto de la sociedad y todos nosotros debemos reflexionar, buscar un acuerdo nacional que nos permita hacer un bloque frente al atraso, la pobreza, el delito y la irresponsabilidad.

¿Cree que en este momento existe o no una vinculación entre el gobierno y los sectores del país para encaminar un proyecto nacional contra la inseguridad?

Yo creo que el gobierno ha perdido esa capacidad, pero la ha perdido no por su propia voluntad, sino porque el gobierno, aunque es un gobierno del Partido Liberal, no cuenta con el respaldo en este momento de todas las fuerzas del Partido Liberal y mas bien los grupos mayoritarios del PL están en una pelea en la que tiene arrinconado al gobierno. Esto aunque no se dice hay que reconocerlo porque ha significado un debilitamiento del gobierno, especialmente en su capacidad para responder, pero especialmente en su capacidad para que, desde la serenidad, pueda convocar a todas las fuerzas sociales, políticas y económicas para buscar soluciones conjuntas que nos permitan desarrollar el país y nos permitan enfrentarnos contra la delincuencia.

El gobierno no ha tenido ni siquiera el respaldo del PL porque todos sabemos que en el interior hay una pelea abierta entre el presidente de la República y algunos grupos que no están de acuerdo en la forma como el presidente Zelaya está conduciendo el gobierno.