Reforma migratoria entra esta semana en fase decisiva

 

25 de junio de 2007

Washington - La reforma migratoria afronta este martes un voto decisivo en el Senado de Estados Unidos, pero aún no está claro si cuenta con el apoyo necesario entre los legisladores para avanzar hacia la votación final.

La Casa Blanca, que respalda este proyecto en parte porque podría ser una de las pocas victorias políticas del presidente George W. Bush en su segundo mandato, considera que el debate esta semana "será interesante".

Un momento clave ocurrirá mañana, cuando los senadores sometan a votación una iniciativa parlamentaria para limitar el debate y proceder al voto final que, dependiendo de si reúnen o no los sufragios mínimos necesarios, podría ocurrir este jueves o viernes.

El proyecto legislativo estuvo a punto de naufragar cuando el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, la retiró del pleno el pasado 7 de junio por falta de acuerdo para poner fin al debate.

Ahora vuelve a la cámara alta luego de una negociación tras bambalinas entre demócratas y republicanos para aceptar a debate una veintena de enmiendas.

La iniciativa incluye más vigilancia fronteriza, la legalización de los indocumentados, un plan de trabajadores huéspedes y un sistema de puntos para futuros flujos migratorios en el que priman destrezas laborales sobre vínculos familiares de los solicitantes de la residencia permanente.

El sentimiento generalizado dentro y fuera del Congreso es que si no se aprueba la reforma migratoria antes del receso de agosto próximo, es poco probable que se logre en lo que resta del calendario legislativo este año.

El próximo año los legisladores estadounidenses ya estarán enfocados en los comicios generales.

La clave ahora está, otra vez, en si los partidarios reúnen los 60 votos -de un total de 100 senadores- para limitar el debate a 30 horas y posteriormente votar sobre el futuro de la reforma migratoria.

Muchos senadores, la mayoría republicanos, se oponen a la legalización de los doce millones de inmigrantes indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos, porque consideran que es una "amnistía" inmerecida.

También creen que las medidas incorporadas al proyecto de reforma para aumentar la vigilancia fronteriza son insuficientes.

Por ello, un pequeño pero ruidoso grupo de detractores ha prometido torpedear la votación final del proyecto.

En su alocución radiofónica de los sábados, el presidente George W. Bush instó a los senadores a que tengan "coraje político" y aprueben la reforma migratoria.

Es al menos la tercera vez que Bush, afectado por bajos índices de popularidad, azuza a los detractores de la iniciativa y les pide "coraje" para aprobarla, pero todo indica que sus palabras han caído en oídos sordos.

Uno de los detractores, el senador republicano Jeff Sessions, dijo el domingo a la cadena ABC que el proyecto de ley va camino al basurero.

"Continúa la erosión del apoyo de esta medida", observó Sessions, tras señalar que un creciente número de senadores clave han decidido retirar su respaldo a la reforma actual. EFE