Sociedad colombiana protestó contra el secuestro

 

05 de julio de 2007

Bogotá - Como en muy pocas ocasiones en la historia reciente de Colombia, la sociedad salió hoy a las calles para protestar contra el flagelo del secuestro y exigir a los secuestradores la liberación de todos sus cautivos.

En cada ciudad y pueblo hubo manifestaciones de repudio contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en una jornada en la que sumaron las convocatorias de los más variados sectores de la actividad nacional.

Sindicatos, empresarios, partidos de todas las tendencias, entes estatales, el Gobierno y las autoridades regionales y municipales, convocaron a la población a protestar y exigir a ese grupo rebelde la libertad de los secuestrados y el respeto por la vida.

La iniciativa, promovida inicialmente la semana pasada por el Gobernador del Valle del Cauca, Angelino Garzón, se planteó como una protesta por la muerte el pasado 18 de junio de once colombianos cautivos de las FARC, a los que el grupo rebelde había secuestrado hace cinco años, cuando eran diputados de ese departamento.

La movilización, que en las grandes urbes como Bogotá, Medellín y Cali, colapsó el tráfico automotor, exigió además que las FARC entreguen los cadáveres de los diputados a sus familiares, así como los de otros secuestrados que se sabe murieron en cautiverio y de cuyos restos mortales se desconoce el paradero.

El presidente del país, Álvaro Uribe, insistió por enésima vez en que no habrá "desmilitarización" de dos municipios, como exigen las FARC para negociar un acuerdo humanitario que permita liberar a secuestrados, y dijo hoy que, en vez de despejar territorios, es preciso despejar de terroristas el país.

Tras más de cuatro décadas de conflicto armado, con millones de desplazado internos y emigrados, millares de muertos y secuestrados, muchos en zonas rurales, el principal escenario de la violencia, Colombia no ha encontrado aún la solución a esa encrucijada alimentada por el narcotráfico, otro flagelo de vieja data que ha financiado la violencia y permeado la sociedad.

La jornada de hoy estuvo enmarcada por una multitudinaria participación -"ríos humanos" como describían la radio y la televisión-, que se concentró al mediodía, cuando por unos pocos minutos, se pararon todas las actividades cotidianas.

El cardenal primado de Colombia, Pedro Rubiano Sáenz, invitó a sus compatriotas a mantener la "multitudinaria" movilización de solidaridad y pidió explorar nuevos caminos y salidas para buscar la concordia.

"Esta manifestación (...) tiene que perdurar hasta que tengamos una Colombia en paz, libre de secuestro y de odio", dijo Rubiano en la homilía de un oficio religioso con el que Bogotá cerró la jornada de protesta nacional.

Las FARC es una organización que está calificada como grupo terrorista desde hace varios años por Estados Unidos y por la Unión Europea.

De los varios centenares de secuestrados que retienen, las FARC consideran a 45 de ellos "canjeables" por miembros de su organización presos en cárceles colombianas y de Estados Unidos.

De dicho grupo formaban parte los diputados, que, según las FARC perecieron en "un fuego cruzado" en la selva con un grupo armado sin identificar, y que, según el Gobierno, fueron asesinados por los rebeldes.

Entre los "canjeables" figuran la política colombo francesa Ingrid Betacour y su asesora Clara Rojas, los contratistas estadounidenses Thomas Howe, Marc Gonsalves y Keith Stannsen así como políticos colombianos, soldados y policías, algunos secuestrados hace cerca de 10 años.

Las FARC han exigido para negociar el acuerdo humanitario o de canje la "desmilitarización" de Florida y Pradera, dos municipios del Valle del Cauca, lo que el Gobierno rechaza en una posición criticada por sectores sociales y políticos que favorecen el pacto con el objetivo de liberar a los rehenes.