Según
Jiménez, otros países centroamericanos también
harán la misma petición a Estados Unidos.
El
diplomático dijo que el Gobierno de Honduras "es respetuoso
de las decisiones de Estados Unidos, pero quiere que se escuche
al inmigrante".
Agregó
que la deportación masiva de inmigrantes tiene repercusiones
económicas y sociales, porque en muchos casos se desintegran
hogares de hondureños constituidos en los Estados Unidos.
La
deportación, en muchos casos, termina rompiendo la relación
familiar, subrayó Jiménez.
En
lo que va de 2007, solamente Estados Unidos ha deportado a más
de 15.000 hondureños, según fuentes oficiales de
Tegucigalpa.
Las
autoridades de Tegucigalpa calculan que más de 800.000
hondureños que viven legal e ilegalmente en Estados Unidos,
envían anualmente más de 2.000 millones de dólares
en remesas familiares, que contribuyen a sostener la débil
economía del país centroamericano.
El
gobernante hondureño viajará el próximo lunes
a Estados Unidos, donde se reunirá con asesores del Consejo
de Seguridad del presidente George W. Bush; con la secretaria
de Estado, Condoleezza Rice, y miembros del Congreso y el Senado
en Washington, según indicó el canciller Jiménez.
Zelaya
concluirá su visita a Washington el próximo miércoles,
y ese mismo día viajará desde la capital estadounidense
a Brasil, donde asistirá como invitado especial a la inauguración
de los XV Juegos Panamericanos que se celebrarán en Río
de Janeiro, informó hoy a Acan-Efe una fuente oficial.
EFE