Portavoces
del Ministerio de Economía indicaron que la dimisión
fue presentada al presidente argentino, Néstor Kirchner,
quien deberá decidir si la acepta.
Los
motivos de la dimisión no han sido dados a conocer públicamente
y se espera que el Gobierno convoque a una rueda de prensa para
informar si acepta la renuncia y, en caso afirmativo, quién
será el nuevo titular de la cartera de Economía.
Miceli,
de 54 años, se convirtió a finales de noviembre
de 2005 en la primera mujer en asumir las riendas del Ministerio
de Economía de Argentina cuando fue elegida por Kirchner
para sustituir a Roberto Lavagna, ahora principal candidato presidencial
de oposición para los comicios de octubre próximo.
La
dimisión de la ministra se produjo horas después
de que un fiscal solicitara que Miceli sea citada a declarar como
"imputada" en la causa judicial que investiga el hallazgo,
en el baño de su despacho privado, de una bolsa con 100.000
pesos (unos 32.000 dólares) y 30.000 dólares, en
billetes que en algunos casos llevaban un etiquetado del Banco
Central.
La
ministra alegó en declaraciones a la prensa que el dinero
era para una operación inmobiliaria que se frustró
y que en su mayor parte le fue prestado por su hermano.
Las
leyes argentinas prohíben operaciones de compraventa con
dinero en efectivo por montos superiores a los 1.000 pesos (320,5
dólares).
Miceli
había sido ratificada la semana pasada en su cargo por
el jefe de Gabinete de ministros, Alberto Fernández, quien
aseguró que la explicación de los hechos dada por
la funcionaria fue "absolutamente suficiente".
Al
escándalo protagonizado por la ministra de Economía
se sumó la publicación de una investigación
periodística que denuncia el desvío de fondos, contratos
irregulares y gastos "injustificados" en la Secretaría
argentina de Ambiente, conducida por Romina Picolotti, lo cual
también fue rechazado por el gobierno.
Las
denuncias se producen cuando faltan poco más de tres meses
para las elecciones presidenciales de octubre, que ya sumergieron
a los principales candidatos y dirigentes en una intensa campaña
con críticas cruzadas. EFE