El
general de la policía Burhan Wasef dijo hoy a Efe que no
descartan que el número de víctimas mortales en
el ataque de Kirkuk, a 250 kilómetros al norte de Bagdad,
pueda ser superior.
Las
autoridades ya habían alertado ante la posibilidad de que
con el paso de las horas crezca el número de muertos, debido
a la extrema gravedad de muchos de los heridos.
Según
Wasef, la explosión más grave se produjo en un mercado
llamado Tabaqjali, en el centro de la ciudad, donde estalló
un camión cargado de explosivos, mientras que la segunda
tuvo como blanco la sede de la Unión Patriótica
del Kurdistán (UPK), dirigido por el presidente Yalal Talabani.
La
primera explosión fue la de un camión bomba conducido
por un suicida contra la multitud congregada en el mercado Hasira,
mientras que la segunda fue un coche bomba aparcado que estalló
veinte minutos después frente la sede de la UPK.
Más
de 50 vehículos se han incendiado como consecuencia de
la primera explosión y muchos edificios y tiendas han resultado
seriamente dañados, dijeron testigos oculares a Efe.
Estas
dos explosiones son uno de los ataques más sangrientos
en esta ciudad multiétnica en los últimos meses
y ponen de manifiesto los fallos en las intensas medidas de seguridad
adoptadas para evitar estas acciones en Kirkuk. EFE