Una
tarea difícil
Haddad
contó sus experiencias al frente de la Comisión
de Transición y las dificultades enfrentadas desde el momento
en que fueron juramentados para asumir la responsabilidad de transformar
y reestructurar una de las instituciones más cuestionadas
de la administración hondureña, por sus altos grados
de polinización y corrupción.
Dijo que ha sido un trabajo difícil porque “venimos
aquí y nos nos encontramos con una fuerte estructura ya
montada de varias décadas de vida y que no era fácil
hacer que se cambiaran métodos, que se cambiaran visiones
de los problemas y de los objetivos”.
“Es por eso, indicó, que yo planteaba así
medio en broma pero medio en serio de que no éramos una
comisión de transición porque no había ninguna
transición, nos metieron como cuerpo extraño allí
con toda la estructura montada”.
“Entonces no se trataba de construir una nueva estructura,
que se supone que para eso era la transición, sino de más
bien tratar de modificar o de romper con características
de las viejas estructuras”, reveló.
Frente a ello, señaló, muchos manifestaron resistencia,
otros se sentían amenazados, otros pensaban que venía
un despido masivo, esa fue la primera fuente de resistencia: el
temor de la gente.
“La gente estaba temerosa, se hablaba de despidos, de que
era un nuevo gobierno que venía a la Universidad y que
como cada vez que hay cambios de gobiernos en cualquier institución
es borrón y cuenta nueva, y ese no era nuestro propósito,
nuestro propósito era ir buscando limar asperezas, ir buscando
fortalecer las cosas que eran buenas para la reforma”.
Jorge
Haddad
|
“Pero
a medida que fuimos avanzando nos fuimos dando cuenta que
lo que había que romper, lo que había que
hacer desaparecer era mucho mayor que o nuevo que estaba
por crearse. Era mucho más difícil. Era mucho
más riesgoso”.
Fueron muchos los sectores, recuerda, “que no nos
hicieron la vida fácil al principio”, al tiempo
que plantea que en algunos sectores, como el sector administrativo,
persiste esa resistencia. |
“La reforma administrativa es la que más lenta ha
ido, con el problema de que si no hay un cambio administrativo,
un cambio que vuelva la administración más fluida,
pone en riesgo los otros renglones de la reforma”, planteó.
Y asegura que al principio del tercer y último año
de su gestión “encontramos que las cosas están
cambiando a lo favorable, tenemos más receptividad, más
comprensión de parte de docentes y de estudiantes”.