23
de julio de 2007
Redacción Proceso Digital
Las
implicaciones económicas
Pero
los pasos de Zelaya no sólo son seguidos en Honduras por
los diversos actores, sino que también por la comunidad
internacional que cada vez más se interroga hacia donde
quiere dirigirse el mandatario hondureño y con ello a la
nación.
Estados Unidos también ya comienza a expresar abiertamente
su malestar por la conducta de Zelaya y en privado señalan
abiertamente que el mandatario ya prefirió al grupo izquierdista
y anti imperialista, liderado por Chávez, y alejarse de
la alianza tradicional con Washington.
Esto deja a Honduras en una situación vulnerable en términos
económicos y de seguridad nacional.
Para los estadounidenses el viaje a Managua, así como enviar
a Jorge Arturo Reina como representante hondureño ante
las Naciones Unidas en Nueva York representa la claridad de la
opción de “Mel” Zelaya.
Justamente Reina es considerado en Estados Unidos como una persona
vinculada a actividades contrarias a sus intereses, ya que en
los años 80 del siglo pasado lo consideraron terrorista
y una década después las evidencias en una epístola
conocida como “besitos para July” le vincularon con
protagonistas de un sonado tráfico de personas provenientes
de Asia con pasaportes hondureños, que se conoció
en Honduras como el “Chinazo II”.
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Todo
lo anterior se da justamente cuando Estados Unidos aprobó
que Honduras fuera beneficiada de las condonaciones de deuda
con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los bancos Mundial
e Interamericano de Desarrollo (BID), así como la
deuda bilateral. |
Todo
lo anterior sin contar que virtualmente la mitad de las divisas
que recibe el país, cerca de 4,000 millones de dólares,
provienen de Estados Unidos vía remesas, maquila y exportaciones,
mientras los socios del bloque izquierdista latinoamericano no
llegan ni a los 100 millones de dólares.