La sesión
de este miércoles, la quinta desde que el juicio arrancara
el pasado 19 de octubre, quedó marcada por la ausencia de
Sadam Husein, quien se negó a entrar en la sala en protesta
por el maltrato recibido y la falta de legitimidad de un tribunal
que no reconoce.
La silla vacía del tirano
caído ensombreció el testimonio de un nuevo testigo,
el octavo, quien también declaró protegido por una
tupida cortina y relató torturas.
El miércoles, antes de abandonar
la sala tras una tensa y de nuevo caótica sesión,
Sadam Husein "mandó al infierno" al juez, el kurdo
Rizgar Amin, y puso en solfa la salud mental de los testigos, para
quienes pidió un reconocimiento médico independiente.
Esta mañana, el togado se
reunió a puerta cerrada por un largo espacio de tiempo con
los letrados del dictador para tratar de que se presentara en la
sala, pero sin éxito.
Momentos después, el juez
retomó su lugar y se aprestó a escuchar el relato
del octavo testigo, identificado solo con la letra "F",
quien relató como había visto a la Policía
del régimen torturar en la pasada década de los ochenta
en Bagdad a una persona hasta la muerte.
"Vi como alguien era asesinado,
fue torturado hasta la muerte, Fue torturado por policías",
afirmó.
El testigo "F" señaló
que él mismo había sufrido un castigo similar cuando
fue encarcelado tras el intento fallido de asesinato sufrido por
Sadam Husein en 1982 en la aldea de Dujail, de mayoría chií.
Al dictador y a sus siete colaboradores
se les juzga por la supuesta represión a los habitantes de
esta localidad ubicada al norte de Bagdad.
Sin embargo, cuando el juez le preguntó
si había visto morir a alguien en la propia Dujail, el testigo
respondió "no".
El nuevo aplazamiento y la carencia
de solidez de los testimonios escuchados han sumado más dudas
a la legitimidad del proceso y dado nuevas razones a quienes lo
critican.
Hasta el momento, el juicio ha sido
aplazado en otras dos ocasiones, ambas para facilitar la labor del
equipo de la defensa, tras el asesinato de dos de sus miembros.
La defensa -a la que se han sumado
figuras de renombre mundial como ex el ministro estadounidense de
Justicia Ramsey Clark- ha amenazado en varias ocasiones con boicotear
el proceso ante la falta de medidas de seguridad.
Este miércoles, poco antes
de comenzar la quinta sesión, el portavoz de los letrados
del dictador, Jalil al Dulaimi, reveló que se reuniría
al final del día con los responsables del Tribunal para buscar
fórmulas que garanticen su protección.
Responsables en Irak de la oficina
de Derechos Humanos de la ONU han dudado, por su parte, de que el
proceso se ajuste a la normativa internacional.
Diversas organizaciones internacionales
han expresado también su temor por la protección de
los testigos, la seguridad y la posibilidad de que la pena capital
no sea conmutada si el tribunal la falla.
Pese a todo, el juicio proseguirá
dentro de dos semanas, aún sin la presencia del dictador.
Algunas fuentes han apuntado que
el nuevo aplazamiento está relacionado con la seguridad de
las elecciones parlamentarias del próximo día 15,
que pondrán fin al proceso de transición política
diseñado por Estados Unidos. EFE
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