En
medio de esta profunda crisis el "Bloque Sadr", que
agrupa a los diputados seguidores del clérigo radical chií
Muqtada al Sadr, amenazó con retirarse del gobierno de
unidad nacional si el primer ministro iraquí Nuri Al Maliki
mantiene sus planes de reunirse el próximo miércoles
en Amán con el presidente estadounidense George W. Bush.
A las 11.30 hora local (09.30 gmt) dos terroristas
suicidas se inmolaron casi al mismo tiempo en la ciudad de Tel
Afar, 470 kilómetros al norte de Bagdad.
Uno de los terroristas utilizó un coche
bomba, mientras que el otro llevaba sus explosivos adosados al
cuerpo, y los dos detonaron sus cargas en medio de una exposición
de automóviles.
Tel Afar es una conflictiva ciudad donde conviven
con gran tensión turcomanos, suníes y kurdos, y
en la que se han registrado numerosos atentados similares en los
pasados dos años.
Los atentados de Tel Afar ocurrieron mientras
que los cortejos fúnebres de los 203 muertos de los atentados
del barrio bagdadí de Ciudad Sadr se dirigían a
la ciudad santa de Nayaf para enterrar a los muertos del día
anterior en el cementerio de Dar al Salam, destino obligado para
todo chií en Irak.
La policía y el ejército establecieron
un dispositivo especial de seguridad, con controles de carreteras
minuciosos, para garantizar el viaje de estos convoyes fúnebres,
pues cortejos similares fueron atacados en el pasado.
Por otra parte, el primer ministro que prometió
indemnizaciones a las víctimas de este atentado, se encuentra
inmerso en medio de una grave crisis política, agudizada
por la amenaza del "bloque Sadr" de retirarse del gobierno
si Al Maliki mantiene sus planes de reunirse con el presidente
estadounidense el próximo miércoles en Amán,
capital de Jordania.
De hecho, el propio Muqtada Sadr dijo en un discurso
leído por su representante que las tropas norteamericanas
debían salir de Irak y afirmó que los atentados
del jueves son en realidad "un ataque bárbaro contra
la religión musulmana por parte del invasor, de los idólatras
(suníes) y de los baazistas apóstatas".
No obstante, el joven clérigo hizo otra
llamada a la calma y pidió a sus seguidores que "sean
responsables y que no cometan actos que puedan dañar la
unidad de Irak".
Mucho menos conciliador se mostró su portavoz
oficial Saleh Al Akili que dijo en una rueda de prensa que su
formación política podría recurrir a su milicia
armada, el ejército de Mahdi, para "protegerse y atacar
a los grupos armados que amenazan la comunidad chií".
La Comisión de Ulemas, máxima representante
de la comunidad suní en Irak, condenó hoy los atentados
de Ciudad Sadr y pidió a los ciudadanos contener los sentimientos
de venganza para no avivar el odio sectario.
Unas llamadas que no surtieron efecto puesto que
numerosas mezquitas suníes sufrieron ataques con morteros
en varios barrios suníes de Bagdad.
Una fuente del Partido Islámico de Irak
dijo que la sede de su partido en Basora y otras dos mezquitas
en la misma ciudad fueron atacados durante toda la noche del jueves
al viernes.
Desde la caída del régimen iraquí
en el 9 de abril de 2003, las fuerzas estadounidenses apoyadas
por sus homólogas iraquíes intentan poner freno
a los brotes de violencia a través de varias operaciones
militares y redadas en los feudos de los grupos armados chiíes
y suníes. EFE