El
atentado más grave perpetrado hoy contra iraquíes
chííes tuvo lugar en Balad Ruz, 100 kilómetros
al noreste de Bagdad, y en él murieron 16 personas y 57
quedaron heridas, todos ellos kurdos chiíes que celebraban
la fiesta.
Fuentes
policiales explicaron que un suicida detonó un chaleco
explosivo que llevaba adosado al cuerpo, entre una masa de fieles
chiíes delante de una mezquita en el centro de Balad Ruz.
Poco
antes de este atentado, un ataque con bomba había dejado
doce muertos y 39 heridos (también kurdos chiíes)
en la localidad de Janaqin, en la misma provincia y situada unos
80 kilómetros al norte, junto a la frontera con Irán.
Entre
los muertos de este segundo atentado hay dos mujeres y un niño,
así como numerosos heridos menores de edad.
Por
su parte, la Oficina de Coordinación conjunta iraquí-estadounidense
de Salahadín ha explicado que el explosivo estaba escondido
en un contenedor de basura, delante de una sucursal bancaria y
que fue accionado mediante un mando a distancia cuando una procesión
pasaba por delante.
Balad
Ruz y Janaqin se encuentran en la provincia de Diyala, cerca de
la frontera iraquí con Irán, una de las zonas más
conflictivas de Irak por la difícil convivencia entre suníes,
chiíes y kurdos.
En
Bagdad se produjeron dos ataques separados contra fieles chiíes
que iban o volvían de la fiesta de Achura.
El
primero lo llevaron a cabo pistoleros que descargaron sus armas
contra dos camionetas que transportaban a peregrinos que volvían
de Nayaf, donde se encuentra uno de los principales santuarios
chiíes.
En
este ataque, cuatro personas resultaron muertas y varias más
heridas.
Las
dos camionetas fueron atacadas en el barrio de Beyaa, en el oeste
de Bagdad, y los atacantes consiguieron huir sin que se conozca
su identidad.
En
otro ataque, un proyectil de mortero cayó sobre la multitud
que celebraba la Ashura en la explanada de Kadimiya, el barrio
chií de Bagdad que alberga dos de los doce santuarios más
importantes de este credo, sin dejar víctimas mortales.
Según
el relato policial, los proyectiles fueron lanzados de manera
indiscriminada contra la zona residencial y algunos de ellos impactaron
en la calle, que estaba abarrotada de gente, mientras que otros
cayeron sobre varios edificios de viviendas.
Los
vecinos trasladaron a los muertos y heridos, todos civiles, en
sus propios vehículos al único hospital de la zona,
el Centro Hospitalario "Al Naaman", agregaron las fuentes.
Decenas
de miles de chiíes se encontraban en ese momento cantando
y golpeándose el pecho, como es habitual en Ashura, cuando
el proyectil cayó en mitad del gentío.
En
Kárbala, donde otros años por estas fechas han tenido
lugar atentados similares contra los fieles, las celebraciones
transcurren este año sin problemas, gracias, entre otras
cosas, a la presencia de 10.000 agentes de policía y del
ejército que, según el ministro de Seguridad Nacional,
Shirwan Al Waeli, están desplegados en la ciudad y alrededores.
Horas
después de estos atentados, en una acción que fuentes
policiales no han dudado en calificar de represalia, un grupo
de desconocidos lanzó un ataque con proyectiles de mortero
contra un barrió suní de Bagdad en el que murieron
17 personas y 60 resultaron heridas.
Las
fuentes precisaron que once proyectiles impactaron en la tarde
de hoy contra el barrio de mayoría suní de al Azamiya,
en el norte de la capital.
La
Ashura se celebra en honor del hijo del Imán Alí,
máximo líder de los chiíes después
del Profeta. Ali se casó con su hija Fátima y fue
padre de Hussein.
Durante
esta festividad, los hombres se visten de blanco y desfilan coreando
eslóganes sobre el tercer Imán, mientras se latigan
con varas o cuerdas en el pecho y la espalda hasta que las túnicas
se tiñen de rojo. Algunos de ellos entran en trance y caen
al suelo, inconscientes. EFE