Tegucigalpa.-
Las remesas son actualmente la primera fuente de financiación
externa de los países del área centroamericanos, según
fuentes oficiales.
Según
el estudio "Tendencias y Perspectivas Económicas de
Centroamérica", elaborado por el Banco Centroamericano
de Integración Económica (BCIE), las remesas laborales
son actualmente "la segunda fuente de financiación externa
para los países en vías de desarrollo.
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No
obstante, para los países centroamericanos, el flujo de remesas
se ha convertido en la primera fuente de financiación externa,
dijo el economista jefe del BCIE, Marvin Taylor.
Taylor informó que Centroamérica capta alrededor del 6 por
ciento de las remesas mundiales y el 20 por ciento de las remesas dirigidas
a América Latina. Centroamérica es la región que
más capta remesas después de México, añadió.
Según estudios del BCIE, el crecimiento del flujo de remesas es
el reflejo del incremento del flujo migratorio desde los países
en vías de desarrollo hacia los países desarrollados, en
busca de mejores condiciones de vida.
Las
cifras
Fuentes oficiales, sostienen que la mayoría de emigrantes centroamericanos
van a Estados Unidos, no obstante, hay quienes también lo hacen
a Canadá y otros países europeos, principalmente España.
Las mismas fuentes señalan que Guatemala recibe anualmente un promedio
de 2.500 millones de dólares por año, y que Honduras recibió
en 2004 al menos 1.300 millones de dólares.
Un informe del Banco Central de la Reserva de El Salvador, indicó
que en 2004 las remesas familiares ascendieron a 2.547 millones de dólares.
Las autoridades nicaragüenses estiman, por su parte, que un millón
de sus conciudadanos se benefician de las remesas familiares que anualmente
se reciben en ese país, y que oscilan entre 700 y 800 millones
de dólares al año.
Las mismas fuentes consideran que el volumen de remesas es superior al
de las exportaciones de este país centroamericano, las que en 2004
ascendieron a 594,2 millones de dólares.
Taylor dijo que las autoridades discuten actualmente la posibilidad de
impulsar un programa que permita dar un uso productivo a las remesas,
para que éstas no sigan dirigidas al consumo.
"El tema es complejo porque estamos hablando de un flujo de recursos
de un sector privado a otro sector privado. El tema es cómo motivar
para que las personas (receptoras de remesas) puedan invertir sus recursos,
estimular el uso productivo de esos recursos", señaló.
(OM)
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