Madrid – “Si me dijeran no vas a publicar un libro nunca más igual seguiría escribiendo, es una vocación, algo que hago porque no podría sobrevivir de otra manera, es la forma que tengo de entenderme y de conversar con otras personas”, afirma la escritora mexicana Isabel Zapata.
Zapata, autora de los libros de poesía ‘Las noches son así’ (2018) y ‘Una ballena es un país’ (2019), de los ensayos ‘Alberca vacía’ (2019), ‘In vitro’ (2021) y el libro infantil ‘Tres animales que caben en el agua’ (2022) presentó esta semana en la Fundación Casa de México de Madrid su primera novela, ‘Troika’ (2024), una historia sobre las relaciones que marcan la infancia, el duelo y la memoria.
En una entrevista con EFE la escritora explicó que desde niña escribía cuadernos -aún atesora algunos- entre ellos una serie llamada ‘La historia de la rana’, además de muchos diarios; y aseguró que aunque han pasado más de 30 años mantiene “el mismo impulso de escritura”. ‘Troika’: una exploración de afectos y relaciones Su primera novela empezó como un cuento,.
“Es una historia que por diversos motivos iba exigiendo ser abordada desde la ficción y cuando me di cuenta tenía un borrador con la extensión de una novela”, la cual fue enriqueciendo con diferentes voces, según cuenta.
En ‘Troika’, Zapata reúne temas presentes en obras anteriores, los que tienen que ver con los vínculos entre las personas y los animales y los duelos derivados de ellos, también aborda la pérdida – “siempre me está dando vueltas en la cabeza”-, además de la maternidad, desde un punto de vista más oblicuo, y los cuidados, de una manera más amplia.
“Es un triángulo entre tres personajes, una perra, su dueña (una niña) y la mujer que las cuida, pero también me di cuenta que a su modo la perra cuida de las personas y la niña cuida a su cuidadora. Es como un juego de cuerdas que se van tensando y destensando en varias direcciones”, asegura.
La escritora afirma que en la novela aparecen recuerdos propios, historias de otras personas, elementos extraídos de libros, películas y sus propios anhelos.
“La escritura de ficción, por más invención que sea, es un ejercicio que mezcla imaginación y memoria. No creo que haya una línea divisoria tan tajante, ni tan rígida entre lo que creemos recordar, lo que recordamos y lo que nos inventamos para construir nuestra propia identidad”, comenta.
El libro está dividido en dos secciones: la primera, ‘Este lado a los ojos’, habla de Andrea, una joven mujer que recuerda un episodio de su infancia, mientras que la segunda, ‘Este lado al sol’, es el intento de la joven por rellenar los huecos de su historia.
“Algo que hacemos todo el tiempo, desde la visión del otro, con preguntas a nuestros padres o hermanos”, dice. Escritura del yo: el acierto de contar en primera persona A través de la escritura en primera persona Isabel Zapata adentra al lector en el pequeño universo que representa la casa de Andrea, los últimos años del siglo XX y los fantasmas de los personajes que están y los que no, pero que entran en juego.
“Es muy difícil como lectores entender que incluso cuando un libro está en primera persona, es más, incluso cuando el autor diga que es autobiográfico, eso no excluye que tiene parte de ficción. La escritura del yo en los últimos años ha estado en el centro de los debates, pero creo que es un tema de cómo leemos. Todo libro es un poco autobiográfico y de ficción”, expresa.
Como lectora Zapata considera más importante la capacidad transformadora de la literatura y, como escritora, en Troika buscaba crear empatía, “esa capacidad de ponernos en los zapatos del otro que hace mucha falta en esta época y en todas” y de esa forma ofrece una dualidad entre “la oscuridad y la luz, lo que podemos ver y lo que no, entre la vida y la muerte”, reflexiona. EFE