Los arqueólogos Fernando Acevedo y Donato Martín España,
investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH), indicaron que esta cancha para jugar a la pelota de 25 metros
de largo por 4,5 metros de ancho se encuentra a unos doce kilómetros
de Mérida y fue construida en el siglo V antes de Cristo.
Acevedo
explicó a la prensa local que la edificación encontrada
es más antigua que las fechadas en la zona arqueológica
de Chichén Itzá y data del periodo medio, establecido
entre los años 400 ó 500 antes de Cristo, que establece
como uno de los más sorprendentes hallazgos de esta civilización.
El
descubrimiento obligó a las autoridades a modificar el plan
de construcción, dijo el director de la Comisión Ordenadora
del Uso del Suelo de Yucatán (Cousey), José Carlos
Guzmán Alcocer.
Agregó
que de las 260 hectáreas liberadas por el INAH al menos 48
de ellas han sido consideradas como áreas verdes o para la
construcción de parques arqueológicos en donde se
localizan los vestigios mayas.
Acevedo
y Martín España indicaron que en la zona se han encontrado
más de 2.700 montículos de los cuales al menos 1.500
de ellos han aportado información trascendental sobre la
civilización maya.
Acevedo
afirmó que los nuevos datos permitirán "reescribir
la historia de los mayas", ya que no se tenía conocimiento
de estas estructuras en la zona noroeste de península de
Yucatán.
A
su vez, Martín España afirmó que con este hallazgo,
que conserva el 70 por ciento de su estructura original, se puede
determinar que los mayas de esta región se desarrollaron
a la par con los de Tabasco, Guatemala y Oaxaca.
El
juego de pelota cumplía una función ritual en la civilización
maya, así como en otras culturas mesoamericanas, y su construcción
se hacía generalmente dentro de los recintos ceremoniales
desde hace unos 3.500 años.
El
juego explica la creación del sol y la luna después
de un partido entre los dioses Hunahpú e Ixbalanqué
contra los señores de Inframundo, de acuerdo con la cosmovisión
maya-quiché. EFE
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