China: La energía es "una de sus ambiciones" en Bolivia
   
10 de enero de 2006

Pekín - Pekín reconoció hoy, tras la visita a China del presidente electo boliviano Evo Morales, su interés en invertir en el sector de la energía de Bolivia, pero matizó que esa es "sólo una parte de sus ambiciones" en el país suramericano.

El portavoz de Asuntos Exteriores chino, Kong Quan, destacó en respuesta a una pregunta de que Pekín ofreció la inversión de compañías chinas "fuertes y prestigiosas" en la economía boliviana y "Morales se mostró de acuerdo, invitando a más empresas a que entren en Bolivia".

El presidente electo de Bolivia Evo morales y el presidente de China Hu Jintao.


La fuente oficial añadió que en la reunión mantenida ayer, lunes, entre Morales y el presidente chino, Hu Jintao, el mandatario del país asiático ofreció una propuesta de cuatro puntos para mejorar las relaciones entre ambos países, uno de ellos "el fortalecimiento del comercio y la economía".

Kong también señaló que China provee de asistencia económica a Bolivia y aunque reconoció que ésta "es limitada" destacó que espera que ayude a "promover la amistad y contribuir a que Bolivia supere sus dificultades".

En su breve estancia de dos días en China, Morales calificó al país asiático de "un aliado estratégico" en la nueva etapa de Bolivia, un país en el que dos tercios de la población vive en la pobreza, pese a ser una nación rica en recursos naturales.

Morales ya anunció en su campaña electoral su objetivo de nacionalizar el sector del gas -aunque sin eliminar a las empresas extranjeras que operan en él, como la hispanoargentina Repsol YPF- y eliminar la pobreza "de un sopapo".

Entre las grandes empresas chinas interesadas en invertir en Bolivia se encuentra Shengli, filial de la compañía estatal china Sinopec (la mayor refinería de Asia), que anunció en 2004 una inversión de 1.500 millones de dólares para la búsqueda de petróleo en el país suramericano.

El proyecto quedó bloqueado en 2005 debido a la gran inestabilidad política que causó la dimisión del entonces presidente Carlos Mesa.

Otra firma del país asiático, Huanqi, planea la construcción de una planta de conversión de gas a combustibles líquidos que costaría unos 600 millones de dólares (494 millones de euros), un proyecto que también está pendiente de confirmación.

Para China, la principal dificultad es cómo transportar el gas o el petróleo que importe o explote en Bolivia, dado que el país no tiene salida al mar, y la opción más fácil, una tubería a través de Chile, se ve dificultada por los problemas históricos entre chilenos y bolivianos.

Al respecto, el portavoz chino señaló hoy en respuesta que China "espera que Bolivia supere sus disputas con otros países por medio de la paz y el diálogo, con el fin de promover la paz y la estabilidad. EFE

 
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