Mueren 200 personas al explotar oleoducto en Nigeria
   

12 de mayo de 2006

Lagos - Unas 200 personas murieron hoy en la explosión de un oleoducto, que había sido perforado por ladrones de combustibles, a las afueras de Lagos, capital económica de Nigeria, informaron fuentes de la policía nigeriana.


"Entre 150 y 200 personas han muerto", dijo a la televisión local el comisario de la policía de Lagos, Emmanuel Adebayo.

Según el jefe policial, la explosión se produjo esta mañana en las cercanías del puerto de Atlas Cove, al sudoeste de Lagos, donde están situadas muchas terminales de embarque de crudo, cuando el grupo cargaba bidones con el combustible robado en botes de madera, cuyos motores habían sido dejados en marcha para facilitar la huida.

La explosión de uno de los bidones, probablemente causada por el calor de un motor, se extendió al oleoducto y de éste a una localidad aledaña a la terminal portuaria, donde familias enteras murieron de forma instantánea.

La red de televisión privada Channels mostró los cadáveres carbonizados de muchas de las víctimas, algunos de ellos flotando en las aguas bajas de la playa Inagbe, y unos pocos huesos y cráneos de color gris, de aquellos que murieron en el centro de la explosión.

El oleoducto, perteneciente a la estatal Corporación Nacional Nigeriana de Petroleo (NNPC, en inglés), corre a menos de un metro de profundidad por la playa Inagbe, en una de las numerosas islas del estuario de Lagos.

La NNPC administra cerca de 5.000 kilómetros de tuberías por los que se desplazan el crudo y sus productos refinados hacia las distintas regiones de Nigeria.

El siniestro de hoy es sólo el último de una serie de explosiones e incendios de oleoductos en los que han muerto miles de personas.

Entre los accidentes más graves destacan el del 19 de octubre de 1998, cuando al menos 700 personas murieron al explotar un oleoducto en la localidad de Jesse, estado de Delta del Níger, en el sudeste de Nigeria.

El 10 de julio de 2000, la explosión de un oleoducto causó la muerte de al menos 250 personas que estaban robando gasolina en Adedje, también en el sur nigeriano, mientras que un incidente similar unas 200 personas murieron el 17 de septiembre de 2004 al incendiarse una tubería de crudo a las afueras de Lagos.

Los oleoductos nigerianos son frecuentemente perforados por delincuentes que roban los combustibles y los venden en el mercado negro, aunque también son saboteados por grupos tribales que mantienen disputas con las multinacionales petroleras que operan en la región.

Nigeria es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que le ha asignado una cuota de extracción de 2,5 millones de barriles diarios, y ocupa el sexto lugar entre los mayores productores del mundo.

La riqueza petrolífera del país no beneficia, sin embargo, a las poblaciones de las áreas productoras de crudo, que viven en la pobreza y como único medio para sobrevivir recurren al robo y venta ilegal de combustibles, a pesar de los graves riesgos que conlleva perforar un oleoducto.

La región sudoriental nigeriana es también el escenario de constantes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y grupos étnicos que hacen campaña para obtener mayores beneficios del Gobierno y las compañías petroleras que operan en sus tierras ancestrales.

Las tribus luchan asimismo entre si a causa del eventual reparto de las indemnizaciones que las multinacionales tendrán que pagar a las comunidades por los daños ecológicos causados por sus operaciones de extracción de crudo, aunque los montos aún continúan siendo negociados entre el gobierno federal nigeriano y las empresas petrolíferas. EFE

 
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