En
la primera jornada de su visita de dos días al Reino Unido,
Chávez afirmó que "Irán no es Irak"
y que un eventual ataque ordenado por Washington para frenar las
ambiciones nucleares de Teherán constituiría "una
amenaza para todos nosotros".
"Si
Estados Unidos lanzara una invasión contra Irán,
se las va a ver peor que en Irak", país en el que
"no hay Gobierno" y de donde el "imperio no sabe
como salir", dijo el gobernante venezolano, quien calificó
el conflicto iraquí como "el Vietnam del siglo XXI".
Durante
un discurso de casi tres horas y media ante cientos de simpatizantes
que abarrotaron el auditorio Camden Centre (norte de Londres),
el jefe de Estado latinoamericano avisó de que la invasión
de Irán implicaría una "escalada terrible"
en Oriente Próximo.
"Irán
ha dicho que atacaría Israel y sé que tiene medios
para hacerlo. E Israel atacaría Irán", indicó
Chávez, quien teme que esa situación pueda forzar
al uso de armas nucleares por parte de EEUU.
"Estados
Unidos -precisó- tiene 8.000 bombas con cabezas nucleares,
2.000 de ellas listas para ser disparadas".
Recibido
al grito de "¡Chávez, amigo, el pueblo está
contigo!" por la audiencia, el mandatario venezolano advirtió
a Bush de que, en caso de una ofensiva militar contra al régimen
de Teherán, "el petróleo de Irán -cuarto
exportador mundial de crudo- no va a salir de Irán".
"Si
EEUU ataca Irán, mi amigo inglés de la clase media,
con un vehículo de gasolina, vaya aparcando el vehículo",
bromeó el líder latinoamericano.
"Lo
mismo haríamos nosotros. Si (EEUU) agrede a Venezuela para
llevarse el petróleo, no habrá petróleo ni
para Venezuela ni para nadie", prosiguió el presidente,
cuyo país es el quinto exportador mundial de crudo.
Una
vez más, Chávez dijo que Bush es un "asesino"
y un "genocida" que "debería ser condenado"
por la Corte Penal Internacional (CPI), si bien guardó
un prudente silencio sobre el primer ministro británico,
Tony Blair, gran aliado del presidente norteamericano.
Como
visitante en el Reino Unido, adujo el jefe de Estado de la República
Bolivariana, es "sagrado" no inmiscuirse en "cosas
internas".
De
hecho, Chávez no se entrevistará con Blair porque
su visita es de carácter "privado" y el Gobierno
de Caracas "no ha solicitado ninguna reunión",
según el 10 de Downing Street, residencia oficial del primer
ministro.
El
gobernante venezolano llegó a Londres tras asistir esta
semana a la IV Cumbre de la Unión Europea, América
Latina y el Caribe celebrada en Viena, donde Blair instó
a Venezuela y Bolivia a utilizar sus recursos energéticos
"de manera responsable".
La
presencia del mandatario latinoamericano también viene
precedida del choque dialéctico del pasado febrero con
el primer ministro británico, quien instó al Ejecutivo
de Caracas a "cumplir las reglas de la comunidad internacional"
si quiere ser respetado en el mundo.
Chávez
respondió de inmediato y tildó a Blair de "sinvergüenza",
al tiempo que le acusó de ser "el primer aliado del
genocida y asesino número uno que hay en este planeta:
"Mr.Danger Hitler", apelativo con el que se refirió
a George W. Bush.
Sea
como fuere, la visita del presidente venezolano contrasta sobremanera
con la que rindió a este país en 2001, cuando celebró
una "afectuosa" reunión con Blair en Downing
Street y fue recibido por la reina Isabel II en el palacio de
Buckingham.
Durante
su alocución en el Camden Centre, adornado para la ocasión
con banderas venezolanas, Hugo Chávez estuvo acompañado
en el estrado por su principal anfitrión, el alcalde de
Londres, Ken Livingstone, entre otras personalidades.
"Le
saludo, presidente. Londres está con usted", comentó
el alcalde, adscrito al ala izquierdista del gobernante Partido
Laborista y gran detractor de las políticas de Bush, al
igual que el dirigente venezolano.
Este
lunes, Livingstone agasajará a su invitado con un almuerzo,
aunque previamente ambos dirigentes ofrecerán una rueda
de prensa en la sede del Ayuntamiento de Londres.
Ese
mismo día, Chávez se reunirá con líderes
sindicales, acudirá a una recepción de diputados
de izquierdas en el Parlamento y pronunciará una conferencia
organizada por "Canning House", la llamada "Casa
de América Latina" en la capital británica.
EFE