Desplazamiento forzado, una tragedia infinita en Honduras

Tegucigalpa – Pese a las promesas, supuestos esfuerzos y estrategias implementadas de las autoridades hondureñas de contrarrestar la violencia en el país, no son suficientes para impedir que ciudadanos estén en la obligación de movilizarse hacia otros lugares para evitar ser víctimas de la violencia.

El desplazamiento forzado se refiere a la situación de las personas que dejan sus hogares o huyen debido a los conflictos, la violencia, las persecuciones y las violaciones de los derechos humanos, es la definición del Banco Mundial.

Honduras ha sido un país que en los últimos años se ha caracterizado por ser violento, llegando a tener una tasa de homicidio de hasta 80 muertes violentas por cada 100 mil habitantes.

Estas cifras sumadas al desempleo, la falta de oportunidades como la percepción de inseguridad son factores que influyen en el desplazamiento de hondureños desde sus hogares a otros lugares del país o incluso el extranjero.

En 2023, Honduras cerró con una tasa de homicidio de 31 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, según datos oficiales.

Pese que ha habido una reducción en la cifra de homicidios, hay otras modalidades de la violencia que siguen perjudicando a la población como la extorsión, intimidación y amenazas.

La seguridad ciudadana, uno de los pilares que cada Estado debe ofrecer a sus habitantes para asegurar la convivencia y el desarrollo pacífico, parece que no se traduce en Honduras, donde la violencia toma más terreno por encima de la paz.

Pese a las promesas de cada gobierno de enfrentar la violencia y la inseguridad, no se traduce en acciones concretas para combatir estructuras criminales como maras y pandillas, e incluso carteles de la droga.

Cabe recordar, que la seguridad es un aspecto en el desarrollo del ciudadano, una para asentarse en un lugar, segundo para integración, tercero para aportar y contribuir, para concluir en crecimiento y estabilidad.

Según datos de la unidad de desplazamiento forzado del Comisionado Nacional de Derechos Humanos (Conadeh), más de 10 mil personas se desplazarom por violencia en el país en un período de 2009-2022.

De las 10 mil personas, hay 132 casos que fueron objeto de reclutamiento forzado, la mayoría para cometer actos delictivos, sea como informantes, sicarios, extorsión, transporte de droga o como parejas sentimentales.

Cabe recordar que el Congreso Nacional aprobó en diciembre de 2022, la Ley de Prevención, Atención y Protección de las Personas Desplazadas internamente con la finalidad de responder al desplazamiento interno.

Estado de excepción no hace diferencia

Una de las estrategias para contener la criminalidad en Honduras, fue implementar el estado de excepción desde el 6 de diciembre de 2022, por un plazo de 45 días.

Esta estrategia se ha ido renovando cada vez que se vencer el plazo, llegando tener 11 extensiones en total, actualmente, su estatus finaliza el 19 de mayo.

El Estado de excepción suspende garantías constituciones desde las 6:00 de la noche hasta las 6:00 de la mañana y faculta a la Policía Nacional detener a las personas que determine y considere responsable de asociarse, ejecutar o tener vinculaciones en la comisión de delitos y crímenes contemplados en el decreto.

Actualmente, abarca 226 municipios de los 298 en total, distribuidos en los 18 departamentos del país.

Pese a esta estrategia, el Conadeh considera que esto no ha disminuido las alarmas constantes de la violencia, la amenaza y la extorsión en la población hondureña.

Las amenazas, extorsiones, los homicidios, así como el despojo de bienes y propiedades siguen generando y son las principales causas de desplazamiento, de acuerdo al ente estatal.

El Conadeh atendió en 2023 mil 700 denuncias de desplazamiento forzado, el 38 % de los casos manifestaron que son personas víctimas de este fenómeno.

Solo en el departamento de Francisco Morazán pasó de registrar 617 quejas en el 2022 a 841 al cierre de 2023. Mientas que Cortés aumentó de 315 quejas en el 2022 a 364 en el año siguiente.

Las maras y pandillas son los principales agresores y representan un 30.6% de las quejas relacionadas a desplazamientos forzados, según el Conadeh.

Además, en el 27.8 % de los casos, las personas peticionarias identificaron a familiares, pareja, vecinos e incluso al empleador y compañeros de trabajo.

Otros activistas de derechos humanos y de los migrantes destacan que el desplazamiento forzado a nivel interno es de las primeras causas que luego provocan la migración hacia Estados Unidos.

Y ahí los migrantes encuentran otras formas de violencia, ya que principalmente en territorio azteca son víctimas de acoso policial, falta de apoyo de las autoridades para un tránsito adecuado y hasta secuestro de algunos de ellos por bandas criminales que exigen rescate a sus familiares en Honduras.

En los casos más graves, muchos migrantes hondureños han muerto violentamente en México.

Relatos

El fin de semana, la agencia española de noticias “EFE” publicó relatos de migrantes hondureños sobre la dura travesía que viven en México a través del “Viacrucis del Migrante”.

Junto al acompañamiento de activistas y de la Iglesia Católica de México, los migrantes que transitan en México han recibido amenazas del crimen organizado, con intimidaciones para evitar su tránsito hacia Estados Unidos.

El hondureño Víctor Manuel Medina indicó que es común que muchos de los migrantes salgan caminando y arriesgan sus vidas junto a niños y mujeres, con el riesgo que puedan ser secuestradas y violadas.

“Hace unos tres días que secuestraron a una familia, están pidiendo la cantidad de cinco mil 500 dólares por persona, por lo que uno no puede estar arriesgando nuestras vidas al caminar solos, por eso muchos se quedan en Tapachula a esperar papeles”, ejemplificó.

Arlén Leonela Hernández, otra migrante de Honduras, señaló que la violencia en las carreteras mexicanas es el principal peligro de las personas que transitan solas en su travesía migratoria. (PD).