París.- Pocos jugadores ejercen un factor de amenaza como Kylian Mbappé. El atacante del París Saint-Germain, que el miércoles se medirá por tercera vez en su carrera contra el Barcelona, condiciona el planteamiento de los rivales y crea un miedo escénico incuestionable.
Su velocidad y potencia en el desmarque volverá a tener en vilo a la zaga azulgrana, pero también a los aficionados del Barça, que tendrán en la memoria la tortura a la que el atacante sometió a su equipo en la temporada 2020/2021.
No queda ningún superviviente en la defensa del Barça de aquella debacle del equipo dirigido entonces por Ronald Koeman. Sergiño Dest, Gerard Piqué, Clément Lenglet y Jordi Alba, además de Óscar Mingueza, que ingresó en el minuto 71, sufrieron en sus carnes la ambición de un jugador que consiguió un triplete y puso un adoquín más a la decadencia del equipo catalán (1-4).
En la vuelta en el Parque de los Príncipes, Mbappé se encargó de frenar el intento de remontada con un gol en el minuto 31, obligando a una hazaña que se antojó imposible después de que Lionel Messi fallara un penalti al borde del descanso poco después de haber logrado el empate (1-1).
Desde aquel batacazo, que tenía lugar un año después del 2-8 ante el Bayern de Múnich en Lisboa, el Barcelona no había vuelto a superar la fase de grupos de la máxima competición europea hasta esta temporada, cuando el sorteo ha querido volver a cruzarle en el camino de Mbappé.
El delantero vive sus últimos meses en París con un objetivo claro, dejar en el club de su ciudad natal el trofeo más deseado, el que llevan buscando sin descanso los propietarios cataríes desde que desembarcaron a orillas del Sena en 2012.
Desde que se filtró que ha comunicado al presidente su intención de no seguir, Mbappé ha perdido para el técnico, Luis Enrique, su condición de titular indiscutible, aunque el exentrenador del Barça sabe bien que no puede prescindir de él en los duelos claves.
Sus números son impresionantes. Los 39 goles que ha logrado en los 40 partidos que lleva disputados esta temporada, a razón de una diana cada 82 minutos, le convierten en el jugador más peligroso de la liga francesa y en una de las mayores amenazas del fútbol mundial.
Gracias a la estrategia de Luis Enrique, Mbappé ha elevado su eficacia en los partidos clave y la receta parece estar dando resultados.
«Estoy preparado»
«No voy a esconderme» contra el Barcelona, avisó Mbappé este domingo en unas breves declaraciones a la televisión TF1 en las que dejó claro que los duelos que tiene por delante suponen «el momento para los grandes jugadores». «Estoy preparado», aseguró.
El delantero fue clave en la eliminación de la Real Sociedad en octavos de final y también en otras competiciones, como en la Copa de Francia, en la que gracias a su tanto contra el Rennes el equipo de la capital se ha clasificado para la final que afrontará el próximo 25 de mayo contra el Lyon.
Mbappé ha jugado 300 partidos con el PSG desde su llegada en 2017 procedente del Mónaco por 180 millones de euros, en el que todavía hoy es el segundo fichaje más caro de la historia, solo superado por el de Neymar, por quien el mismo club desembolsó al Barcelona 222 millones de euros.
En estos siete años, Mbappé ha marcado 251 goles con su club en todas las competiciones.
En la Liga de Campeones, el duelo del miércoles será el número 72 del jugador en la máxima competición europea, de los cuales 61 los ha disputado con el PSG, con el que totaliza 40 tantos, los últimos a una Real Sociedad que nada pudo hacer contra su pegada. EFE/ir