Bogotá.- El expresidente colombiano Ernesto Samper confirmó este jueves que entregó a los mandatarios de México, Brasil y Colombia cartas manuscritas de Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador, en las que este les pide ayuda y asegura que está en «la peor prisión» de su país.
Las misivas, que fueron dadas a conocer por Samper están escritas a mano y denotan que fueron hechas a prisa. Todas tienen el mismo cuerpo y van dirigidas a los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil), Andrés Manuel López Obrador (México) y Gustavo Petro (Colombia), al igual que a la canciller mexicana, Alicia Bárcena.
«Señor presidente, soy Jorge Glas el exvice de Rafael (Correa). Otra vez estoy preso, ayúdeme», afirmó en la misiva dirigida Lula en la que agregó que «solo la presión internacional puede ayudar».
Y concluyó diciendo: «Estoy en la peor prisión del país y en huelga de hambre».
Más temprano López Obrador prometió «cuidar» la salud y proteger a Glas, quien fue vicepresidente entre 2013 y 2017 y cuya detención en la embajada mexicana en Quito, a la cual accedieron a la fuerza policías ecuatorianos el pasado 5 de abril, desencadenó una crisis diplomática y llevó a México a romper relaciones con Ecuador.
«Sí, lo que está pidiendo él y, seguramente, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) va a establecer comunicación con la Cancillería en Brasil, en Bolivia, con otros países para cuidar la salud de Glas y resolver su protección, su derecho de asilo (que le fue concedido por el país norteamericano)».
El jefe de Estado mexicano comentó en su rueda de prensa matutina que durante la reunión del pasado martes entre ministros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), convocada de manera extraordinaria por la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, se trató «ampliamente» el tema de Glas.
Sobre este caso, Petro dijo el martes pasado que Ecuador e Israel están «dándose la mano en la competencia por la barbarie», en referencia a la violación de la embajada mexicana en Quito, y señaló que apoyará a ese país en su denuncia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). EFE/ir