Tegucigalpa
– El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ordenó
hoy el "desalojo pacífico" de centenares de
taxistas que protestaban en diferentes
puntos de la capital hondureña en demanda de la reducción
de los precios de los combustibles.
En una cadena nacional de radio y televisión, el Gobierno
de Zelaya, a través de un comunicado, calificó
la protesta de "ilegal e injusta".
El comunicado fue dado a conocer por el secretario privado del
presidente Zelaya, el periodista Raúl Valladares, junto
a la ministra del Trabajo, Riccy Moncada, y el viceministro
del Transporte, Bayardo Paguada.
En la comunicación, el Gobierno instruyó a las
secretarías de Defensa y Seguridad proceder al "desalojo
pacífico" de quienes "al margen de la ley y
en perjuicio de la ciudadanía pretenden concesiones bajo
este mecanismo de presión".
Pidió al Ministerio Público "como órgano
encargado de velar por el cumplimiento y vigencia de las libertades
públicas de todos los ciudadanos para que apoyen a las
secretarías de Defensa y Seguridad, y con firmeza ejerzan
las acciones de su competencia".
El Gobierno expuso su disposición al diálogo "pero
no a someterse a mecanismos de presión que limiten el
ejercicio y el libre tránsito de todos los hondureños",
acciones que afectan la imagen de Honduras.
Anunció el nombramiento del viceministro de Transporte,
Bayardo Pagoada, para concertar con los dirigentes del transporte
y taxistas "un acuerdo en el que prevalezcan los intereses
de Honduras".
Valladares
dijo que el Consejo de Ministros se declaró en sesión
permanente.
El Gobierno de Zelaya dijo en su comunicado que estaba dispuesto
al diálogo con todos los sectores "dentro del marco
de la legalidad y el respeto a las instituciones democráticas".
Asimismo consideró improcedente el movimiento de los
taxistas, porque, en su opinión, "han realizado
acciones concretas encaminadas a resolver el problema de los
combustibles" en el país.
Entre estas medidas mencionaron el inicio del proceso de licitación
internacional de la compra de combustibles, que dirige el contratista
internacional Robert Meyering, la aprobación por parte
del Congreso Nacional de la compra de un seguro energético
y el congelamiento de los precios de los combustibles.
Señalaron que pese a las alzas internacionales de los
derivados del petróleo, en Honduras "se han rebajado
los impuestos" de estos productos.
Asimismo indicó que han creado un subsidio para el sector
de taxis a efecto de evitar el incremento de las tarifas y beneficiar
al pueblo.
Señaló que la gasolina regular en Honduras es
la más barata en toda la región centroamericana.
El
paro de los taxistas afectó a millares de hondureños
y paralizó por completo las actividades en la capital
del país.
A la protesta se unieron en el transcurso de la mañana
grupos de taxistas en el oriental departamento de El Paraíso,
donde cortaron el paso por la carretera Panamericana.
Iguales manifestaciones se presentaron en Comayagua, región
central del país, y San Pedro Sula, norte.
Previo al anuncio oficial del "desalojo pacífico"
miembros de la Policía Nacional iniciaron su trabajo
en los diversos sectores de la ciudad.
Dirigentes del movimiento de taxistas anunciaron entonces su
disposición de dejar libres las vías, lo que hicieron
casi de inmediato.
No obstante, grupos de taxistas se trasladaban a otros sectores
para continuar su protesta.