Leópolis (Ucrania) – La popularidad de Volodímir Zelenski cae tras el cese del popular comandante en jefe Valeri Zaluzhni y en medio de la escasez de buenas noticias desde el frente, mientras que una mayoría apoya la decisión de no celebrar durante la guerra las elecciones presidenciales, que debían haber tenido lugar hace una semana.
El 63 % de los ucranianos sigue apoyando a Zelenski, según un sondeo del grupo sociológico ‘Rating’ publicado esta semana, lo que representa una caída de casi 30 puntos porcentuales con respecto a febrero de 2023, cuando el 91 % de los encuestados aprobaba su gestión.
La bajada comenzó ya el pasado octubre, probablemente debido a la decepción con los resultados de la contraofensiva veraniega de Ucrania, dice a EFE el presidente del Instituto Internacional de Sociología de Kiev, Volodímir Paniotto.
En su opinión, el apoyo a Zelenski se redujo en otros cinco puntos en febrero, tras el cese de Zaluzhni, que se había convertido en la encarnación de las victorias tempranas del Ejército ucraniano, haciéndose con la confianza del 94 % de la población, según datos del Instituto.
La evolución futura se verá determinada por la situación en el campo de batalla, cree Paniotto.
“Si nada cambia, es probable que los niveles de apoyo disminuyan de forma muy lenta. Pero pérdidas o victorias importantes pueden empujarlos rápidamente en cualquiera de las dos direcciones”, explicó.
Pero por ahora la mayoría de los ucranianos mantienen una “confianza estable” en Zelenski, subrayó. Sin elecciones durante la guerra La decisión de no celebrar las elecciones presidenciales apenas ha provocado debate interno en Ucrania y los ucranianos están “muy claramente en contra” de que haya elecciones en tiempo de guerra, de acuerdo con Paniotto.
La primera ronda debería haberse producido en teoría hace una semana, el 31 de marzo. Pero dado que la ley marcial impide la celebración de elecciones, estas han sido aplazadas.
“La amplia mayoría, más del 80 %, apoya esto”, dice Paniotto. Si se hubieran celebrado las elecciones, millones de ucranianos se hubieran visto privados de la posibilidad de participar, lo que implica que la legitimidad del presidente electo hubiera sido menor y no mayor, argumenta.
A pesar de los intentos rusos por usar la ausencia de elecciones como prueba de que Ucrania se desliza hacia la dictadura, el apoyo a la democracia se ha fortalecido durante la invasión, subraya también.
Un indicador de las trayectorias divergentes de Rusia y de Ucrania en ese sentido son las opiniones sobre el dictador soviético Iósif Stalin, señala el sociólogo.
En 2014, antes de la intervención rusa en el Donbás y la anexión de Crimea, el 23 % de los ucranianos y el 28 % de los rusos veía a Stalin de forma positiva, pero, desde entonces, el porcentaje ha caído al 5 % entre los primeros mientras que ha subido al 60 % entre los segundos.
“No veo ningún motivo para creer que la democracia se ve amenazada actualmente en Ucrania”, subrayó Paniotto. Sin posibilidades para los “viejos políticos” Claramente, Zelenski tiene en cuenta factores sociológicos a la hora de tomar decisiones políticas, indicó además el presidente del Instituto Internacional de Sociología.
“Es probable que tardara tanto tiempo en cesar a Zaluzhni porque quería evitar crear un rival político poderoso”, señaló. Por ahora, Zaluzhni no ha dado señales de querer involucrarse en la política y ha aceptado su nombramiento como embajador en el Reino Unido. Sin embargo, hasta cierto punto la confrontación política ha vuelto a emerger en Ucrania.
El alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó, viejo rival de Zelenski, advirtió en diciembre en una entrevista con ‘Der Spiegel’ de que Ucrania corre el riesgo de volverse como Rusia, “donde todo depende de los caprichos de un solo hombre”, en una crítica apenas velada al presidente ucraniano.
El que solía ser el principal oponente de Zelenski, el expresidente Petró Poroshenko, dijo esta semana en una entrevista con ‘Al Jazeera’ que volvería a participar en las próximas elecciones presidenciales.
Sin embargo, Paniotto cree que los “viejos políticos” no tienen grandes perspectivas electorales; el apoyo a Poroshenko se sitúa como máximo entre el 10 y el 15 %, “ante la falta de alternativas”, señaló.
Es posible que los políticos intenten atraer a figuras populares de la esfera del voluntariado o del Ejército a sus partidos para incrementar sus apoyos. “Por sí mismos, no parece que los ‘viejos políticos’ tengan ninguna posibilidad”, subrayó el sociólogo. EFE